Contratos dudosos, negocios oscuros con empresas ligadas a funcionarios y firmas privadas haciendo el trabajo que puede hacer el propio Estado, dejan al desnudo las graves irregularidades en la agencia que conduce el ministro del Interior.

En medio de la campaña electoral que lo tiene como uno de los protagonistas por su precandidatura presidencial dentro del Frente para la Victoria, Florencio Randazzo no gana para sustos, ya que luego del choque de trenes en la Estación Temperley que dejó al descubierto la falsa revolución ferroviaria que encabeza, le siguen ahora turbios negociados al interior de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) que está bajo su cargo.

Tal como informara en reiteradas ocasiones el diario Hoy, la ANSV se ha convertido en una caja negra para los planes políticos del funcionario oriundo de Chivilcoy, y sus acciones poco claras son una constante a lo largo y ancho de la misma.

Este organismo descentralizado autárquico dependiente del Ministerio del Interior y Transporte, fue creado en el mes de abril del 2008 a través de la Ley 26.363. Hoy día, más que trabajar para su objetivo central, que es aplicar las políticas y medidas de seguridad vial nacionales, parece ser un antro para la consecución de fines políticos mezquinos ligados a Randazzo.

Quien dirige la ANSV, es un antiguo amigo del ministro, Juan Felipe Rodríguez Laguens, quien cumple a rajatabla los pedidos hechos desde lo más alto del poder. Una investigación realizada por Hoy en 2013, alertaba sobre los peligros que esta agencia era para los argentinos, al haber creado un observatorio cuyos datos pintan un panorama que nada tiene que ver con la realidad en lo relativo a los accidentes de tránsito.

Este caso trascendió a nivel nacional por ser escandalosa la falacia de los números K, ya que eso se podía comprobar en la web del propio organismo oficial, donde difería el número de muertos de 2011. Incluso prestigiosas asociaciones como Luchemos por la Vida se manifestaron en contra de este burdo intento de modificar las cifras de tránsito.

Según pudo comprobar Hoy, son incontables la cantidad de contratos dudosos que hay al interior de la ANSV que dejan al descubierto toda una trama turbia de negociados. Tema central son los contratos que une a la agencia estatal con la empresa OCASA para la distribución de los diferentes materiales a lo largo y ancho del país, entre ellos las licencias de conducir y material educativo para las escuelas Primarias y Secundarias rurales.

Vale recordar que OCASA es la empresa cuyo dueño fue el polémico Alfredo Yabrán, y que tantos problemas le trajo al empresario ante la Justicia por sus oscuros manejos con el poder menemista.

Los contratos que unen a esta empresa con la agencia estatal son millonarios, en su mayoría a través de la Asociación de Concesionarias de Automotor de la República Argentina (ACARA), para las notificaciones de infracciones y provisión de insumos a todo el país por medio de convenios subscritos para un fondo de cooperación técnica y financiera en común con la ANSV.

Resulta sospechoso que el contrato para la distribución de todos estos materiales se dé con una empresa como OCASA, cuando este servicio se podría prestar tranquilamente con el Correo Argentino sin gastar millones de pesos con una firma del ámbito privado, y que le evitarían siderales pérdidas al gobierno.

Otro de los datos oscuros a los que pudo acceder Hoy son la cantidad de funcionarios sindicados de tener empresas y suscribir a través de ellas a diferentes contratos con la ANSV, llevándose con ello enorme cantidad de dinero de las arcas públicas.

Algunos de los nombres que se mencionan como aquellos que habrían alcanzado con sus empresas convenios con la agencia estatal, están el del Director de la Dirección de Sistema Nacional de Licencias de Conducir, José Pablo González; el responsable del Área de Insumo, contador de las Ganancias de la ANSV, Horacio Aníbal Molina; y Marcelo Oscar Zuchelli, Director de la Dirección de Sistema Nacional de Infracciones.

Todos ellos tienen un denominador común, la absoluta dependencia de su jefe político, Florencio Randazzo. El caso más patente es el de Zuchelli, que tal como remarcó Hoy en una nota de abril del año pasado, fue accionista de una empresa que la propia familia del ministro del Interior asumía como propia, como lo es La Grulla S.A.

Como puede verse, todo un entramado de negocios sombríos que no hacen más que dejar en claro la ilegalidad reinante en el ministerio que conduce el precandidato presidencial por el oficialismo, y que amenazan con hacer naufragar sus sueños de llegar a la Casa Rosada.

Precarización al extremo

Dentro de la ANSV una de las cosas que más llama la atención es la extrema precariedad laboral que reina en la misma.

Un punto clave es el de tener un solo teléfono “central” el cual no desliga sus internos ocultos para todas las Direcciones, subdirecciones y aéreas de la agencia.

Fuentes consultadas por Hoy, aseguraron que los encargados de contestar los llamados de los más de 40 millones de argentinos, son sólo 5 personas en dos turnos, tres por la mañana y dos por la tarde, marcando la precarización a la que están expuestos los trabajadores.

Un funcionario con secundaria está cobrando una suma en dos pagos, donde se agrega un pago extra que se llama horas viales y por el otro lado el sueldo, llegando a alrededor de los $ 7000, como también hay sueldos que están rondando los $ 5000 para un rango inferior. Como puede verse, muy lejos de las bondades de la mal llamada década ganada.

Relaciones peligrosas

Uno de los datos que hace vislumbrar la cercanía del Ministerio del Interior y Transporte con las empresas del sector, es que muchos de los funcionarios que rodean a Randazzo en la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), provienen de grandes firmas del transporte.

Los casos más notorios son el del propio director de la ANSV, Juan Felipe Rodríguez Laguens, así como de los directores a su cargo, José Pablo González y Marcos Javier Ceresoli, todos ex directores regionales de la empresa El Rápido Argentino. Esta firma fue absorbida luego por el Grupo Plaza, perteneciente a los hermanos Cirigliano, involucrados en la tragedia ferroviaria de Once que terminó con 52 muertes.

Las empresas de transporte serían para muchos quienes vendrían solventando desde lo económico la campaña presidencial de Randazzo, y miembros del gobierno nacional consideran que ese aporte se debería a las múltiples concesiones que habrían tenido las mismas a lo largo del largo mandato del oriundo de Chivilcoy al frente del ministerio. (Hoy)

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