Por Guillermo Cherashny.-

Las delirantes declaraciones de Javier Iguacel, el secretario de energía, que en un futuro próximo barcos de todo el mundo llegarán a nuestro país para recibir el gas que exportaremos, son poco serias. En efecto, si bien desde Fortín de Piedra, el macizo que la empresa Tecpetrol explota en Vaca Muerta y que se proyecta como un tercio de la producción de gas de la Argentina no asegura que seamos una nación exportadora, por la simple razón de que el gobierno le paga a Tecpetrol -la petrolera del grupo Techint- U$S 7,50 por millón de BTU, mientras en los Estados Unidos el costo de explotación del shale gas es de apenas U$S 2. Es decir, si pagamos U$S 7,50 el millón de BTU, nunca podremos exportar a ese precio, ya que el internacional es mucho más bajo; por caso, a Chile estamos exportando a U$S 4 el millón de BTU y si le pagamos U$S 7,50 a las productoras y exportamos a U$S 4, el estado estaría perdiendo U$S 3,50 por cada millón de BTU.

En realidad, a lo máximo que puede aspirar la Argentina es al autoabastecimiento de gas en el término de cinco años y no mucho más. Pero el gobierno necesita «vender» buenas noticias, como el otro día, cuando el presidente mostró como un acontecimiento que el país no le renovara el contrato vencido al buque regasificador que estaba localizado en Bahía Blanca, pero el gobierno no dice que proyecta para el 2019 que venga otro buque regasificador para importar el GNL y convertirlo en gas oil, porque la Argentina importa gas natural de Bolivia, GNL que se regasifica en el buque localizado en Escobar más el 15% del gas oil que se utiliza en el país y el 5% de la nafta, aunque este último combustible es posible que no se importe más sino que ahora se exporta por el alto precio para el consumo interno que provoca que cerca de la mitad de los autos no circulan por la ciudad.

En síntesis, despedimos un buque regasificador pero contrataremos otro para convertir el GNL en gas oil para el invierno y nunca seremos la Arabia Saudita del sur, porque el costo de extracción del gas de Vaca Muerta está subvencionado por un estado que tiene dólares para lograr el autoabastecimiento, pero nunca para exportar, por su alto precio.

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