Por Antonio Rossi.-

A las apuradas y con un claro fin de obtener un rédito electoral, el gobierno de Córdoba que encabeza Juan Schiaretti lanzó una atípica convocatoria para captar proyectos de energías renovable y térmica que ha despertado varias críticas y cuestionamientos tanto de la cartera nacional de Energía comandada por Juan José Aranguren, como de analistas y empresarios del sector eléctrico.

Diseñada por el presidente de la EPEC (Empresa Provincial de Energía de Córdoba), Luis Giovine y avalada por ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, Fabián López; la convocatoria mediterránea abre numerosas “ventanas” para recibir todo tipo de propuestas y negocios vinculados con la ampliación del parque de generación eléctrica de la provincia.

Según la explicación oficial dada por las autoridades de la EPEC, el llamado está dirigido a “distintos actores y sectores interesados en participar en la ejecución de proyectos de generación de energía fuentes renovables y térmicas que contribuyan al abastecimiento de la demanda creciente de la provincia”.

La convocatoria contempla la recepción de iniciativas provenientes de:

–Interesados en construir y realizar todas las acciones para el desarrollo de los proyectos.

–Interesados en aportar terrenos para el desarrollo de proyectos.

–Interesados en aportar recursos biomásicos y biogás para posibles explotaciones.

–Desarrolladores de proyectos de energía renovable.

–Interesados en ser abastecidos de energía eléctrica de fuentes renovables.

–Centrales térmicas que aporten ahorros al sistema eléctrico por los combustibles utilizados y/o por la implementación de su logística de abastecimiento, por el ciclo térmico aplicado ó por el eventual aprovechamiento de calor para otros procesos.

–Interesados en ofrecer financiamiento a proyectos de generación renovable.

Para la concreción de los proyectos y las obras que sean aceptadas, la provincia delineó dos variantes contractuales de participación para los oferentes e inversores privados.

La primera es la modalidad inglesa conocida como BMT que contempla las instancias de “Construcción, Gerenciamiento y Transferencia”. En estos casos, los interesados suscribirán con la EPEC un acuerdo de implementación para diseñar, realizar la ingeniería y construir a su costo una central de generación renovable. El oferente será el encargado del gerenciamiento de la central, asistiendo técnicamente a la EPEC en las tareas de operación y mantenimiento. La empresa provincial se encargará de comercializar la energía y abonará al constructor un monto fijo en dólares por cada MW/h que produzca la usina.

La segunda variante deja en manos de los oferentes la ingeniería, el desarrollo y el montaje de las obras. En este caso, los interesados deben remitir a la EPEC una oferta económica y técnica para ejecutar las obras que serán pagadas y financiadas por la EPEC.

Tras el lanzamiento de la convocatoria, desde la Subsecretaría de Energías Renovables manejada por Sebastián Kind salieron a cuestionar la movida cordobesa porque consideran que “se superpone y genera ruido y confusión” con la nueva licitación del programa RenovAr 2.0 que tiene en las gateras la Nación.

“Tal como está armado, ese llamado transforma a la EPEC es una especie de intermediaria ante la Nación de las empresas de la provincia que quieran llevar adelante proyectos de generación eléctrica con fuentes renovables. Esa intermediación es totalmente innecesaria y sin sentido porque el encargado de licitar, adjudicar y pagar la energía que aporten las nuevas usinas renovables es el gobierno nacional”, destacaron en el ministerio de Aranguren.

En tanto, para las consultoras privadas que se dedican a estructurar proyectos de inversión en el sector eléctrico, la jugada de los funcionarios de Córdoba resulta confusa y poco atractiva.

El principal obstáculo que ven es que difícilmente los fondos de inversión y los bancos destinen recursos y financiación para instalar nuevas usinas que deberán dejar en manos de la EPEC la comercialización final de la energía.

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