Por Antonio Rossi.-

Eclipsada por la cumbre del G-20 y en medio del evidente fracaso de los contratos de los PPP viales y el conflicto con Aerolíneas Argentinas, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich lanzó al ruedo en el sector ferroviario un atípico y polémico proceso licitatorio que tiene como “caballo del comisario” a la empresa TMHA, la subsidiaria local del grupo ruso Transmashholding.

Se trata de la licitación destinada a la “ampliación, puesta en valor y explotación comercial” de los talleres ferroviarios Mechita que están localizados en el partido bonaerense de Bragado y que ya están bajo el control de la firma de origen ruso desde los primeros meses de 2017.

Enmarcada bajo el “Régimen de Iniciativas de Terceros” de la estatal ADIF (Administración de Infraestructura Ferroviaria) -un mecanismo sui generis que Dietrich había diseñado por su cuenta en 2016-, la licitación en curso le otorga significativas ventajas a TMHA que hacen casi imposible que otra empresa competidora pueda quedarse con el manejo de los talleres ferroviarios.

En su rol de “empresa proponente” de la iniciativa privada, TMHA ganará en forma automática la licitación aún si otra oferta resulta superior a la suya hasta un 5% en puntaje e inversiones.

Y el caso de que otra oferta sea mejor que la suya en antecedentes e inversiones entre un 5% y 20%, tendrá la chance de ir a un “repechaje” donde las dos competidoras deberán presentar nuevas ofertas mejoradas a sobre cerrado para dirimir a la ganadora.

Si por alguna causa extraordinaria no llega a salir airosa, la empresa adjudicataria deberá pagarle a TMHA la suma equivalente al 1% del monto total del canon de toda la concesión a modo de “compensación” por los gastos efectuados para el desarrollo de la iniciativa.

Según la convocatoria oficial, el objetivo de licitación es modernizar y ampliar la capacidad operativa de los talleres ferroviarios de Mechita con una inversión mínima fijada en 50 millones de dólares durante el período de concesión que se extenderá por tres décadas.

Las reglas de juego establecen que las inversiones comprometidas deberán ejecutarse en un 50% durante los primeros cinco años y el resto en los siguientes 25 años de la concesión.

Las empresas interesadas deberán presentar proyectos de inversión destinados a la construcción y modernización de las instalaciones de los talleres con el fin de poder concretar la posterior explotación comercial de mantenimiento, modernización, reparación y fabricación de material rodante, equipos y todas las demás actividades complementarias y conexas.

Con esta movida, tanto Dietrich como la filial rusa de TMHA buscan blanquear la cuestionada cesión de los talleres de Mechita que tuvo lugar a principios de 2017.

A cambio de una promesa inversión de solo 3 millones de dólares, el pago de un canon simbólico y la contratación de 20 operarios, las autoridades de Transporte le entregaron en forma directa las llaves de Mechita a TMHA por un lapso de tres años.

Ahora con esta licitación lo que pretenden los funcionarios es formalizar y extender esa transferencia por un plazo de 30 años a cambio de un compromiso de inversiones por 50 millones de dólares que, casualmente, es el mismo monto que los ejecutivos del grupo ruso TMHA han salido a ventilar en los medios oficialistas que prevén desembolsar en los próximos años en el país.

Si bien en el llamado licitatorio se puntualiza que no se garantizará ninguna contratación estatal y que la actividad comercial de Mechita quedará a riesgo exclusivo del concesionario, lo cierto es que desde la propia ADIF ya bajaron señales de que los próximos trabajos de reparación y mantenimiento de las formaciones ferroviarias metropolitanas podrían recaer en los talleres de Bragado.

Algo de eso ya ocurrió a los pocos meses de que TMHA desembarcara en Mechita con la contratación directa de las tareas de mantenimiento y arreglo de los trenes de pasajeros chinos del ferrocarril San Martín.

Por medio de una tramitación acelerada y una oferta de casi 30 millones de dólares, TMHA logró adjudicarse por dos años la reparación de las formaciones chinas de la línea San Martín que totalizan un parque de 24 locomotoras diésel y 160 coches de pasajeros.

En este caso no se trató de una “licitación pública y abierta”, sino de una “contratación directa por compulsa abreviada por urgencia” que llevó adelante la empresa estatal SOFSE.

Más allá de esta singular contratación, directivos locales de TMHA también quedaron salpicados por investigaciones judiciales de negociados registrados durante la gestión kirchnerista.

Cuando el grupo ruso Transmashholding hizo su presentación formal ante el presidente Mauricio Macri en octubre de 2017, el timonel de la filial local era Thibault Desteract.

Ex titular de Alstom Argentina durante la era K, Desteract tuvo una estrecha relación con el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime.

Además de haberse quedado con los contratos de provisión coches para el subte D y la instalación del tranvía de Puerto Madero, Alstom de la mano de Desteract lideró a principios de 2008 el consorcio que se había adjudicado el emblemático y fallido proyecto del “Tren Bala” que debía unir Buenos Aires con Rosario y Córdoba. En esa iniciativa, Alstom llevaba como socias a la española Isolux y a las firmas locales Emepa e IECSA, la empresa que en esos años estaba en manos de Ángelo Calcaterra, el primo de Macri.

Pese a que no llegó a ponerse en marcha, la megaobra del Tren Bala valuada en más de 3.000 millones de dólares quedó bajo la lupa de la justicia por sospechas de sobornos.

Luego recopilar pruebas y testimonios durante casi una década, en noviembre de año pasado el juez federal, Luís Rodríguez dictó una serie de procesamientos por “cohecho pasivo y activo” que alcanzaron a los ex secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi; a los consultores Manuel y Julián Vázquez y los directivos de Alstom Desteract y Daniel Lainé.

La medida del juez se basó en la existencia de un contrato firmado entre Alstom y la consultora Controles y Auditorías Especiales (CAESA), mediante el cual se había acordado el pago de un millón de dólares en diversos desembolsos mensuales en caso de que avanzará el proyecto del Tren Bala.

Tras esa decisión judicial, Desteract fue remplazado al frente de TMHA por Franco Comparato, un ex gerente de Aeropuertos Argentina 2000 y ex socio en la consultora Southtecht de Juan Pablo Trípodí, el actual titular de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI).

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