Por Antonio Rossi.-

Tras haber pasado los primeros cinco meses del Gobierno sin aparecer en el escenario político y económico, el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat que conduce María Eugenia Bielsa dio señales de vida con la presentación de un plan de obras que ha despertado más dudas que certezas.

Se trata del denominado “Plan Federal Argentina Construye” (PFAC) destinado a la construcción y refacción de viviendas particulares, edificios y espacios comunitarios de organizaciones no gubernamentales y sociales.

Presentado junto con un acto que encabezaron el presidente Alberto Fernández y el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el PFAC de Bielsa contempla -según los datos oficiales- el desembolso de una inversión de 29.000 millones de pesos que se repartirán en 11 programas específicos de obras, créditos y subsidios.

Entre otros objetivos el PFAC prevé la construcción de 5.500 viviendas, 42.900 refacciones y conexiones hogareñas, 200.000 microcréditos para la compra de materiales, la provisión de servicios para 2.000 lotes urbanos y una asistencia económica para que alrededor de 4.000 organizaciones sociales acondicionen y mejoren espacios comunitarios en barrios populares.

De acuerdo con el relato oficial, los trabajos y las obras del Plan estarán bajo el control y la supervisión de la cartera ministerial de Bielsa y se “articularán con los gobiernos provinciales, municipios, organizaciones de la comunidad, pymes, cooperativas, mutuales, gremios, trabajadores independientes y empresas de servicios públicos.

Más allá de la amplia y generosa difusión que le dieron los medios y comunicadores afines con la administración de Alberto Fernández, el PFAC presenta -según la visión de los empresarios y sindicalistas de la construcción- varios puntos oscuros y polémicos que generan un gran interrogante sobre su viabilidad y los objetivos planteados.

La primera cuestión que produce ruido se da con las distintas denominaciones que le dieron los funcionarios a la iniciativa.

Para el área de Prensa y Comunicación lo que se lanzó al ruedo fue el “Plan Federal Argentina Construye”. Pero, según la información específica y el power point distribuidos por el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, el plan en danza tiene el siguiente y ampuloso nombre: “Programas Eficaces para las Sucesivas Etapas del Aislamiento Administrado”.

La segunda arista que llama la atención es la falta de precisión temporal acerca de la duración del Plan, los tiempos de ejecución de las obras y el momento a partir del cual estarían disponibles los créditos y subsidios.

Si bien se supone que la implementación de los distintos programas no debería demorar demasiado, la ausencia de fechas no permite establecer cuando se van a concretar las firmas de los acuerdos con provincias, municipios y organizaciones sociales y cuando se producirá el arranque real de los trabajos.

El tercer punto está referido al objetivo poco creíble de la generación de puestos de trabajo que aportaría la realización integral del Plan. De acuerdo con los números del Gobierno, los 11 programas del PFAC van a generar un total de 754.734 puestos de trabajo, de los cuales 343.236 serán en forma directa y 411.498 de manera indirecta.

De esta manera, el total de puestos de trabajo del PFAC alcanzaría al doble de la cantidad de obreros que en los últimos años estuvieron activos en el sector de la construcción, algo que para muchos resulta utópico.

En tanto, el cuarto y último aspecto que despierta incertidumbre tiene que ver con la disponibilidad de los fondos comprometidos para los programas y obras teniendo en cuenta que el Gobierno no tiene el Presupuesto de este año aprobado y se maneja con el de 2019 prorrogado.

Por más voluntad y empeño que pongan los funcionarios de Desarrollo Territorial y Hábitat para llevar adelante el Plan, lo cierto es que las transferencias de los recursos presupuestarios deben contar con la doble autorización del ministro de Economía, Martín Guzmán y el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; un trámite que no está exento de recortes, contratiempos y demoras.

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