Por Guillermo Cherashny.-

La muerte accidental de Mario Meoni, el Ministro de Transporte de la Nación, se produjo camino a Junín, por la ruta 7, donde viajaba todos los fines de semana a ver a su familia, en ese pueblo donde fue electo intendente en tres períodos y donde dejó un gran recuerdo como un político moderado abierto al diálogo con todas los espacios, especialmente a los opositores.

Fue un militante radical durante toda su vida y en el 2000 trabó amistad en la legislatura provincial con Sergio Massa, un joven diputado que entró en la lista de Eduardo Duhalde en 1999. Esa amistad luego se transformó en coincidencias políticas y acompañó a Sergio Massa cuando creó el Frente Renovador, y ahí siguió su militancia ocupando el directorio del Banco Provincia en el macrismo y fue designado Ministro de Transporte cuando asumió Alberto Fernández.

El asunto más espinoso que tenía que resolver era la finalización de la concesión de la Hidrovía y el llamado a una licitación nacional e internacional. Desde que asumió Alberto Fernández, en ambientes habitualmente bien informados se aseguraba que la nueva licitación beneficiaría a una empresa china especializada en dragado y balizamiento, ya que por el río Paraná pasa la mayoría de complejo agrícola-ganadero del país y esa concesión es la más importante que tiene este gobierno y en el cual quieren participar empresas belgas, holandesas, rusas y americanas. Actualmente la concesión está en manos de la belga Jan De Nul y la local Emepa, y sectores ultras del kirchnerismo volvían a invocar la llamada «soberanía alimentaria» y que tan mal le fue con la expropiación de Vicentin, que por un tiempo no la plantearon más, pero desde hace cuatro meses esos sectores quieren estatizar el dragado y el balizamiento y cobrar el peaje, un negocio de entre 200 y 300 millones de dólares, con el argumento que los productores fugan la soja al Paraguay la exportan sin retenciones. Es verdad que esa operatoria existe, pero es muy menor a la producción total del campo y existe porque hay cepo al dólar y no porque la hidrovía y la prefectura no la pueden controlar. De modo que se podrían recaudar miles de millones de dólares y no los 250 millones de dólares que recauda actualmente, lo cual es un delirio mayor al que se propuso al intentar expropiar a Vicentin.

Finalmente el presidente, Cristina y Sergio Massa tienen en claro que una licitación nacional e internacional supervisada por la OCDE puede dar la transparencia que exigen los mercados locales e internacionales, y así entonces el ex ministro Mario Meoni inicialó un decreto donde se prorroga por el término de seis meses a los actuales concesionarios mientras se sustancia la licitación, de modo que ni los chinos ni los estatistas controlaran el comercio internacional del país.

Share