Por Antonio Rossi.-

A contramano del discurso oficial que promete achicar el gasto público, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren amplió en los últimos días su staff de funcionarios y asesores con la incorporación de ejecutivos provenientes de empresas privadas del sector y la creación de nuevos cargos que no estaban previstos en el organigrama de la administración pública.

Luego de haber forzado la salida del ex subsecretario de Coordinación Administrativa, Sebastián Scheimberg -un miembro histórico de la Fundación Pensar que integraba el equipo de Energía desde diciembre de 2015 y con quien mantenía una tirante relación-, Aranguren logró colocar en ese cargo clave a un hombre de su confianza.

Por medio del decreto 641, fue designado como nuevo titular del área de Coordinación Administrativa, Marcelo Blanco, ex ejecutivo de la filial del Deutsche y del grupo Pampa Energía que maneja el empresario macrista Marcelo Mindlin.

Desde fines de 2015, Blanco estaba al frente de Nación Fideicomisos y por un pedido especial del ministro decidió saltar de la banca estatal a la cartera energética para cubrirle las espaldas y emprolijarle las cuestiones administrativas.

Casi al mismo tiempo del nombramiento de Blanco, Aranguren procedió a subirle el rango y la remuneración a otro referente de su tropa más afín. Se trata de Juan Manuel Carassale, quien venía desempeñándose como director de Legales y a partir de ahora ostentará el flamante cargo de “Jefe de Gabinete del Ministerio de Energía y Minería”.

El nuevo puesto no existía en la estructura del ministerio y según el decreto 650 para Carassale se crea un “cargo extraescalafonario que tendrá rango y jerarquía de Secretario y cuya competencia será asistir y asesorar al ministra en el desarrollo de sus actividades”.

Otro que también se vio beneficiado con una doble elevación de rango y sueldo es Gabriel Leandro Flores. Hasta ahora venía cumpliendo tareas y cobrando como “Jefe de Gabinete” de la Secretaría de Energía Eléctrica que comanda Alejandro Sruoga.

De ahora en adelante, de acuerdo con lo dispone el decreto 635, Flores pasará a ocupar un nuevo “cargo extraescalafonario con rango y jerarquía de Subsecretario para asistir y asesorar al Secretario en el desarrollo de sus actividades”.

En tanto, para pilotear las próximas licitaciones para explorar y explotar las áreas hidrocarburíferas offshore del Mar Argentino, Aranguren buscó a un gerente privado que ha pasado por varias petroleras.

Se trata de Rodrigo García Berro, quien en los últimos años ocupó distintos cargos ejecutivos en las empresas Medanito, Americas Petrogas y Total Austral.

Una vez que salga su designación oficial, encabezará una dirección especial de offshore que dependerá del subsecretario de Exploración y Producción, Marcos Porteau, quien tiene a su cargo el manejo de la secretaria de Recursos Hidrocarburíferos desde hace casi cinco meses, tras la ruidosa pelea entre el ministro y José Luis Sureda que derivó en la renuncia de éste último al cargo que ocupaba desde el inicio del gobierno de Macri.

Más allá de las incorporaciones y ascensos, el clima que se registra en los pasillos de la cartera energética es de creciente preocupación. Aunque ningún funcionario lo va a admitir públicamente, las versiones que circulan en el ministerio preanuncian la aplicación de un doble ajuste presupuestario y de personal para después de las elecciones legislativas de octubre.

Esa sería la instrucción que los “coordinadores” de la Jefatura de Gabinete, Manuel Quintana y Gustavo Lopetegui bajaron a todos los ministerios para poder cerrar las cuentas con un déficit fiscal que no supere la marca del 4,2% del PBI prevista en la ley de Presupuesto.

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