Por Antonio Rossi.-

Ofuscados por la falta de respuesta de los funcionarios y el anuncio del presidente Mauricio Macri de que las obras van a comenzar antes de fin de año, los integrantes del grupo de entidades ambientales que se oponen a las represas santacruceñas salieron a redoblar su rechazo al proyecto y anticiparon que en las próximas semanas prevén presentar nuevas demandas judiciales para frenar la construcción de las usinas.

La nueva ofensiva que desplegarán los ambientalistas en Tribunales apuntará está vez contra los ministros de Energía, Juan José Aranguren y de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, a quienes consideran como los responsables directos de llevar adelante la megaobra que es perjudicial para el país y que no cuenta con los estudios de impacto ambiental que exigen las normas vigentes.

“Nos oponemos a las represas porque constituyen un mal negocio eléctrico, económico y ambiental y porque existen otras alternativas energéticas que son mucho más productivas y amigables con el medio ambiente”, advirtieron Manuel Jaramillo (Fundación Vidal Silvestre), Andrés Napoli (Fundación Ambiente y Recursos Naturales) y Rodrigo Fariña (Aves Argentinas).

Los referentes del grupo “Río Santa Cruz sin Represas” -que también conforman las ONG Banco de Bosques, Naturaleza para el Futuro, Flora y Fauna (FFF) y la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas de la Patagonia (Aaaap)-indicaron que hasta ahora el Gobierno no cumplió con la entrega de la documentación y los informes de impacto ambiental y de participación ciudadana que le había solicitado la Corte Suprema de Justicia.

Agregaron que, si bien procedieron a reformular el proyecto reduciendo la cantidad de turbinas y la superficie que quedará bajo agua, los ministerios de Energía y Ambiente siguen demorando la realización de los estudios de impacto ambiental que una vez terminados deben someterse a audiencia pública.

“Esta reticencia oficial sumada al anuncio presidencial de que las obras se iniciarán antes de fin de año nos lleva a pensar que el Gobierno no va a respetar las normas vigentes y que no quedará otro camino que seguir la pelea en la Justicia”, indicaron los dirigentes ambientalistas.

En un nuevo informe denominado “Alternativas Energéticas para un río Santa Cruz sin Represas”, las entidades defensoras de los recursos naturales destacaron que “las centrales proyectadas no sólo interrumpen el flujo de río inundando miles de hectáreas y afectando el paisaje, la biodiversidad y ecosistema; sino que además implican una generación de potencia que está alejada de los centros de consumos y resulta ineficiente desde el punto de vista de la generación y la inversión”.

En lugar las dos represas cuestionadas -cuya construcción la administración macrista dejó en manos del grupo chino Gezhouba y la local Electroingeniería-, el grupo ambientalista propuso poner en marcha dos propuestas alternativas.

La primera de ellas consiste en destinar la inversión de 4.714 millones de dólares prevista para las represas a un mix variado de energías renovables.

Por esa vía, se lograría tener un 74% más de energía (5000GW/año de las represas versus 8703 GW/año de las usinas renovables): un 56% más de potencia (1290 MW versus 2017 MW) y un 12% más de potencia firme (694 MW contra 781 MW).

Además de diversificar las fuentes de generación con energías eólica, biomasa, biogás, solar e hidroeléctrica de baja escala; la apuesta por los equipos renovables permitiría repartir las inversiones en todas las regiones del país en vez de concentrarlas todas en una sola provincia como sucede con las represas que benefician solo a Santa Cruz.

La segunda propuesta se orienta a disminuir significativamente la demanda eléctrica con políticas claras de “consumo racional” y “uso eficiente de la energía”.

Tras mostrar su desazón por la intrascendente gestión de la subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética que conduce Andrea Heins, los ambientalistas precisaron que al uso racional de la energía se llega con una serie de medidas que alienten el recambio tecnológico en los motores industriales, la iluminación, heladeras, freezers y equipos de aire acondicionado.

Con la implementación de nuevos estándares mínimos de eficiencia energética en esos equipos y electrodomésticos, a partir del 2020 se podría ahorrar unos 6223 GWh/anuales un 24% más que los 5000 GWh/anuales de energía que generarán las dos represas santacruceñas.

En tanto, en términos de potencia, el programa de uso racional y eficiente de la energía permitiría ahorrar un 69% más que potencia firme que brindarán las centrales Néstor Kirchner y Jorge Cepernic.

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