Por Antonio Rossi.-

Sobre la hora y en una de sus últimas acciones como presidente, Mauricio Macri suscribió un decreto por el cual avaló la creación de un nuevo gremio ferroviario y dejó muy mal parado al su ex ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.

Por medio del decreto 884, el ex presidente Macri corrigió una insólita y contradictoria medida que había tomado Sica en octubre y ratificó que la nueva entidad sindical “Unión de Trabajadores Ferroviarios” (UTF) tiene “plena validez, eficacia y vigencia”.

Al resolver el “recurso jerárquico” presentado por la UTF contra la resolución de Sica que había revocado su reconocimiento inicial, el decreto admitió que “el acto administrativo recurrido es nulo de nulidad absoluta, pues la administración procedió a revocarlo por entender que era irregular y, por ello, susceptible de nulidad absoluta sin mencionar que elemento del acto se encontraría afectado ni precisar cuál sería el vicio que lo afectaría”.

Además, y en línea con el planteo efectuado por los representantes de la UTF, la norma destacó que el ex titular de Trabajo “no sólo procedió a realizar un nuevo análisis sin motivación alguna, es decir sin un acto que lo obligue a volver a revisar cuestiones técnicas y de competencia de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales, sino que de manera arbitraria y discrecional emitió informe sin tener en cuenta el dictamen realizado por el área sustantiva”.

Tras hacer lugar al recurso jerárquico contra la resolución de Trabajo 1105, el decreto dejó en pie y confirmó la “plena eficacia, validez y vigencia a la resolución 1074” de Sica que había dado nacimiento a la UTF.

En octubre, en un lapso de apenas 20 días, Sica fue protagonista de un “blooper” que casi no tiene precedentes en el ámbito gremial. El 2 de octubre, por medio de la resolución 1074, el ex titular de Producción y Trabajo reconoció y habilitó oficialmente la creación de la Unión de Trabajadores Ferroviarios (UTF) que fue inscripta en el Registro de Asociaciones Sindicales de Trabajadores como una “Asociación Gremial de Primer Grado”.

Pero luego, casi sobre el filo de la elección presidencial, Sica sacó el 22 de octubre pasado la resolución 1105 por cual procedió a “revocar” la norma anterior con un argumento técnico-legal totalmente opuesto al que había dado por válido y aprobado en su primera intervención.

Ante el brusco y llamativo giro de 180 grados que había dado Sica, la UTF -que agrupa a trabajadores ferroviarios de todas las líneas metropolitanas y de la provincia de Buenos Aires- desplegó una ofensiva administrativa para hacer valer el reconocimiento inicial, objetivo que logró conseguir en las últimas horas de la administración macrista.

Cuando salió a la luz la primera resolución que habilitó el funcionamiento de la UTF, los secretarios generales de los cuatro gremios tradicionales del sector -Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Omar Maturano (La Fraternidad), Adrián Silva (APDFA) y Enrique Maigua (Asociación de Señaleros)- presionaron fuertemente a Sica para que retroceda sobre sus pasos y le dé de baja a la nueva asociación sindical.

Con el ejemplo presente de los Metrodelegados que le cuestionan la representatividad a la UTA, los “caciques ferroviarios” hicieron todo lo posible para que no entre en juego una nueva entidad gremial que ponga en riesgo sus campos de acción y los espacios de poder que ocupan en el terreno sindical y político.

Según la resolución ministerial 1074, la UTF es una “asociación gremial de primer grado” que puede agrupar y representar a:

–Los obreros, empleados y personal jerárquico que mantengan relación de dependencia y prestan servicios en las empresas ferroviarias o ferroportuarias, tanto de carácter público o privado.

–Los que realicen transporte urbano y/o suburbano, de pasajeros y/o de carga, mediante formaciones que transiten sobre una estructura ferroviaria;

–Los obreros y empleados que presten tareas en las administraciones generales de las empresas de pasajeros y cargas.

–Los obreros y empleados de las empresas, tanto de carácter público o privado, dedicadas a la producción y/o reparación de material ferroviario.

–Los obreros y empleados de las empresas, tanto de carácter público o privado, que suministren servicios para la actividad ferroviaria.

En lo que respecta a las zonas de actuación que tiene autorizada la UTF, la norma establece que podrá funcionar en el ámbito de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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