Por Antonio Rossi.-

La rehabilitación del servicio ferroviario de pasajeros a Mar del Plata que el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich había prometido para los primeros días de diciembre, quedó en la nebulosa y sin fecha cierta de concreción.

Las demoras en la finalización de las obras de renovación de vías que lleva adelante la empresa estatal ADIF (Administración de Infraestructuras Ferroviarias) y las reservas que tienen los técnicos de la CNRT y de la compañía operadora SOFSE para aprobar la corrida de un servicio que no reuniría todas las condiciones de seguridad habrían llevado a los funcionarios de Transporte a postergar hasta nuevo aviso el anunciado retorno de los trenes a la costa atlántica.

Inicialmente el restablecimiento de los servicios de pasajeros a Mar del Plata se iba a efectuar durante el último fin de semana largo del año programado del 8 a 11 de diciembre.

Pero, tras el primer viaje de pruebas realizado entre 21 y 23 de noviembre que no arrojó los resultados esperados respecto al estado de las vías, desde la cartera de Dietrich salieron a lentificar los trámites administrativos y técnicos que estaban pendientes para la vuelta del tren que había dejado de correr en agosto de 2015.

En los pasillos de Transporte le endilgan la responsabilidad por la demora del retorno del servicio a Mar del Plata al accionar de la ADIF que comanda Guillermo Fiad, un ex gerente que provino de Shell y Metrogas.

Los cuestionamientos internos apuntan a dos cuestiones clave. La primera es que los contratistas privados a cargo de la renovación de las vías no terminaron las obras en tiempo y forma para fines de noviembre tal como se habían comprometido. Una prueba concreta de eso la tuvieron los ingenieros y técnicos que realizaron el viaje de prueba hace 10 días cuando la formación ferroviaria sufrió un descarrilamiento entre las estaciones Parravicini y General Guido por un desplazamiento de la vía que no estaba en condiciones.

La segunda cuestión gira en torno a la falta de una solución definitiva al problema heredado de la gestión de Florencio Randazzo de los miles de durmientes defectuosos que se instalaron en el ramal atlántico y que no resisten el paso de los trenes.

Tal como había informado en exclusiva LPO el año pasado, por defectos de fabricación varias decenas de miles de durmientes provistos por la empresa Dhasa colocados en las vías a Mar del Plata se fisuraron y se quebraron al medio cuando comenzaron a circular las formaciones ferroviarias.

La anterior conducción de la ADIF que encabezó el randazzista, Ariel Franetovich se fue sin resolver el problema.

Apurado por finalizar las obras, el actual directorio de la ADIF que preside Fiad optó por una salida polémica: ordenó cambiar el 20% de los durmientes que estaban en peor estado y dejó en observación los restantes que tienen fisuras de menor tamaño.

Según el acuerdo que cerraron la ADIF y Dhasa, si éstos durmientes se quiebran a partir de ahora por el peso de los trenes, serán reemplazados de inmediato por la empresa sin costo alguno para el Estado.

Desde la SOFSE -la otra ferroviaria estatal que maneja Marcelo Orfila y que tiene a su cargo la operación del tren a la costa- advirtieron que los durmientes constituyen un tema preocupante y que si no cuentan con todas las garantías y la aprobación de la CNRT (Comisión Nacional Reguladora del Transporte) no están dispuestos a restablecer el servicio.

A su vez, desde la CNRT ya le habrían hecho saber al ministro Dietrich que no van a firmar autorización o permiso de circulación alguno si no están todos los papeles al día y las obras certificadas por los profesionales que garanticen el buen estado de las vías y los durmientes.

Más que un palo en la rueda, la firme postura del organismo de control es una consecuencia derivada de la tragedia de Once. Los inspectores y los gerentes del área ferroviaria ven con lupa cada expediente que pasa por sus manos y si tienen una mínima duda, no firman la vía libre para ningún tren.

Share