Por Antonio Rossi.-

Un clima de marcado malestar y tensión ha comenzado a afectar el funcionamiento de Vialidad Nacional, una de las áreas clave de generación de obras públicas que depende del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.

Con el visto bueno del ministro, el titular de Vialidad, Javier Iguacel procedió a desplazar a tres figuras relevantes del equipo macrista que viene manejando el organismo desde hace más de un año.

En medio de crecientes versiones que han puesto sobre el tapete la existencia de fuertes desavenencias internas por el manejo de la repartición y la supuesta falta de rigor a la hora de controlar y sancionar a los operadores de las rutas y accesos, el administrador de Vialidad dispuso la semana pasada los despidos de los siguientes funcionarios:

–Luis Pablo Belenky, el Director de Concesiones Viales que estaba al mando de la estructura del organismo regulador encargado de vigilar y fiscalizar a las concesionarias privadas.

–Gustavo Piazza, Coordinador Ejecutivo del Occovi.

–Diego Mártire, Coordinador y asesor del Occovi.

La sorpresiva eyección de los tres técnicos macristas se explicaría por dos motivos, según indicaron fuentes gremiales del sector

Uno de ellos estaría vinculado con la inexplicable demora que se registra en la confección de los pliegos licitatorios de las nuevas concesiones de rutas con peaje.

Las concesiones vigentes expiran a fines de abril y el gobierno aún no tiene definidas las bases y condiciones para poner en marcha la licitación pública nacional e internacional que definirá a los futuros operadores de las rutas más transitadas del país.

La elaboración de los pliegos estaba a cargo de los tres funcionarios desplazados que por diversas razones no pudieron concretar esa tarea en tiempo y forma.

El otro motivo de los despidos que sobrevuela en el ámbito de Vialidad tiene que ver con un supuesto trato diferencial que habrían tenido los funcionarios con la concesionaria privada que explota el corredor vial 1 que está bajo el control de Roggio y CPC, la constructora de Cristóbal López.

A esta empresa no le habrían aplicado todas las multas que correspondían por atrasos en obras y mal estado de las calzadas.

A eso se sumaría otro hecho sugestivo. Según parece, hace pocas semanas la concesionaria habría comprado seis autos cero kilómetros para el uso de los funcionarios del órgano de control.

Si bien la entrega de vehículos a inspectores y reguladores está prevista en los contratos de concesión, la cesión efectuada por la Concesionaria Vial 1 a pocos meses de terminar el contrato despertó varias suspicacias y enojos internos dentro de Vialidad.

Más allá de las reales causas de los despidos, lo cierto y concreto es que Dietrich y Vialidad no tienen aún definidos los pliegos para reprivatizar las rutas y ya no pueden seguir extendiendo las actuales concesiones que vencen en abril.

La única salida que les quedaría es impulsar un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) para estirar los contratos vigentes hasta que concluya la adjudicación a los nuevos concesionarios.

Una movida de este tipo seguramente provocará una fuerte reacción y embestida de la oposición que buscará utilizar esta nueva “desprolijidad” administrativa para   atacar al gobierno en la campaña electoral.

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