Por Antonio Rossi.-

Sin haber podido acallar las dudas y los ecos negativos del histórico mega apagón del día del Padre que dejó a oscuras a 50 millones de usuarios de Argentina y países vecinos; el Secretario de Energía, Gustavo Lopetegui volvió a quedar en la mira por una nueva situación conflictiva que afecta a las generadoras y transportistas eléctricas.

La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) que maneja Mario Cairella -quien responde directamente a Lopetegui- ha dejado de abonar en tiempo y forma las remuneraciones mensuales de las generadoras y transportistas y ya acumula un atraso en los pagos de casi 50.000 millones de pesos.

Por la falta de recursos debido a los atrasos en los pagos que arrastran varias distribuidoras y cooperativas del interior y el recorte presupuestario impuesto por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne para cumplir los compromisos asumidos con el FMI; la conducción de la CAMMESA está cancelando fuera de término y en forma parcializada las facturas correspondientes a las empresas productoras de energía y a las compañías de transporte.

Si bien se venían registrando desde principios de año, los atrasos en los pagos se profundizaron en los últimos tres meses.

Las facturas por las transacciones económicas de abril -que debían cancelarse en mayo- se terminaron de liquidar en los primeros días de julio, cuando se giraron los fondos equivalentes al 30% de los montos que habían quedado pendientes.

En el caso de las facturas de mayo (que tenían que abonarse en los primeros días de junio), recién se comenzarían a pagar en la última semana de julio, pero no en su totalidad.

Desde la CAMMESA, Cairella les hizo saber a generadoras y transportistas que sólo va a poder pagar entre el 35% y 50% de las remuneraciones de mayo, quedando para agosto o setiembre las diferencias remanentes.

Los atrasos y pagos irregulares no solo afectan a los principales actores del negocio eléctrico. La cúpula macrista de la CAMMESA también viene acumulando atrasos de hasta cuatro meses y deudas millonarias con petroleras y productoras de gas por los combustibles que aún continúa comprando para abastecer a las usinas térmicas.

Las demoras en los pagos que arrastra la administradora eléctrica han comenzado a inquietar a las generadoras térmicas que temen que la situación se agrave en los próximos meses donde el escenario político y económico va a estar dominado por la campaña electoral.

Las quejas de los empresarios hacen hincapié en que la “anormalidad” en los pagos ya está afectando los flujos de caja y la cadena de pago a los proveedores.

Si bien por ahora los cuestionamientos suenan en “voz baja”, no se descarta que para después de las elecciones primarias de agosto las entidades representativas de las generadoras y transportistas salgan a plantear públicamente sus reclamos al Gobierno.

Los más preocupados son los operadores privados de las usinas térmicas que tienen las máquinas más antiguas y menos eficientes y que entran en servicio de manera irregular y en situaciones límites.

Es que además de cobrar con atrasos, desde marzo de este año están embolsando menos que en los últimos años por la entrada en vigencia de la resolución 1/2019 que dispuso una reducción de los cargos económicos que tenían reconocidos por la potencia disponible.

Por esa norma, Lopetegui cambió las reglas de juego que había establecido el ex ministro de Energía, Juan José Aranguren en la resolución 19/2017 y por la cual varias generadoras habían comprometido inversiones por más de 3.000 millones de dólares que quedaron a mitad de camino y congeladas luego de la reducción tarifaria.

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