Por Guillermo Cherashny.-

El retorno de Juan Gómez Centurión como administrador general de aduanas promete nuevas revelaciones sobre cargamentos de efedrina que hasta ahora no fueron publicados y donde siempre aparece el nombre de Hugo Sigman, el hombre fuerte del cartel de los laboratorios, que en los últimos meses aumentaron los medicamentos un 59% y los que consumen los jubilados entre un 150 y casi 200%.

Según publicó en «La Nación» Hugo Alconada Mon, apareció otra importación de efedrina, esta vez a nombre de Elea, otro laboratorio del magnate y no el Chemo Group, como pasó cuando Gómez Centurión denunció los 250 kg que motivaron un desencuentro con Patricia Bullrich, quien ahora se desdijo de la denuncia anónima que le presentó al presidente.

En tanto, Carrió, antes de su internación, dijo que Gómez Centurión fue desplazado porque se metió con los «industriales» de Tierra del Fuego. Pero la lista de los eventuales perjudicados por el militar son numerosos, ya que la aduana fue un colador en la época de Ricardo Echegaray, que curiosamente retomó sus tareas, porque poca gente sabe que el ex administrados de la Afip entró por la ventana a la aduana de Río Gallegos por intermedio de Rudy Ulloa, el chofer del ex presidente, y después pasó a la aduana nacional y después a la Afip y ahora se considera planta permanente y aparentemente la ley lo respalda. Pero ante la infinidad de causas donde está denunciado e imputado es muy factible que Gómez Centurión lo suspenda en el cargo y le inicie un sumario administrativo. También los dueños de los depósitos fiscales donde pasó el contrabando en estos últimos años y cuyas denuncias en la justicia estaban paradas. Pero con la vuelta del militar, los juzgados recibirán nuevas pruebas de los cómplices de Ricardo Echegaray.

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