Por Oscar Dufour.-

En memoria de los Soldados que en plena democracia resistieron el ataque montonero. El ataque al Regimiento 29 de Formosa, apuntó al corazón del Gobierno Constitucional que entonces encabezaba María Estela Martínez Vda. de Perón. La respuesta oficial inmediata fue la firma de tres Decretos donde se delegaba en las Fuerzas Armadas la lucha contra la guerrilla.

Hermindo Luna, oriundo de Las Lomitas -Formosa-, campesino, soldado clase ‘54 del Regimiento 29 en su Provincia natal, su instrucción decía en su legajo militar 6° grado primario, lo que no decía era que contaba con un corazón inmenso y una valentía poco común que lo convirtió en Héroe. Hombres como él son los patriotas casi anónimos, que forjaron nuestra historia y siento un deber recordarlo, como hago ya desde hace mucho tiempo también con esta parte de nuestra historia contemporánea.

El 5 de octubre de 1975, gobernaba la Sra. María Estela Martínez de Perón, viuda del ex Presidente de la Nación Juan D. Perón, aunque en esos días se encontraba en la localidad de Ascochinga Provincia de Córdoba recuperándose de sus dolencias crónicas, y el Poder Ejecutivo Nacional estaba a cargo del Presidente Provisional del Senado Ítalo Argentino Luder; cuando integrantes de la organización Montoneros asaltaron el cuartel de Formosa, pero jóvenes que cumplían el servicio militar los enfrentaron impidiendo su toma, hubo 24 muertos. El ataque apuntó al corazón del Gobierno Constitucional que entonces encabezaba María Estela Martínez Vda. de Perón, la respuesta oficial inmediata fue la firma de tres Decretos donde se delegaba en las Fuerzas Armadas la lucha contra la guerrilla, y comenzaba a emerger una “grieta” en nuestra sociedad que se profundizó esta última década, y que queda evidenciada en este caso, si tomamos como ejemplo la inequidad manifiesta del Gobierno Nacional, al observar que los parientes de los guerrilleros muertos, fueron indemnizados como víctimas del terrorismo de Estado, con un equivalente a cien veces el sueldo más alto de la administración pública nacional, y por otro lado, los familiares de los soldados muertos cobran una pensión muy baja, indicativo de un evidente desprecio. Un vara de desigualdad muy similar a la hora de brindar Justicia a los protagonistas de la “violencia política” de los ’70.

Volviendo a ese fatídico 5 de octubre, una vez fracasado el intento de los guerrilleros de copar el Regimiento, la madre y el padre de Luna fueron a retirar el cuerpo de su hijo vestidos de luto y descalzos, debido a que eran gente muy pero muy pobre, la incomprensión y el desencuentro de los argentinos, se llevó a lo único que tenían y sentían como propio, su amado hijo. En su honor, hoy en día el Salón de Eventos del Regimiento 29 de Formosa lleva su nombre.

A partir de la sanción de la Ley Provincial Nº 1395, desde el año 2002, los días 5 de octubre se conmemora en la Provincia de Formosa el «Día del Soldado Formoseño», y se realiza un acto homenaje en la plaza de armas “De la Victoria” del “Regimiento de Infantería de Monte 29”, encabezado por el Gobernador de la Provincia y las autoridades de las Fuerzas Armadas, con participación de todos los sectores políticos y sociales.

Según consta en su legajo militar, esta es la actuación del Soldado Hermindo Luna aquel trágico 5 de octubre de 1975:

“Encontrándose como cuartelero fue sorprendido por un grupo de delincuentes subversivos e intimidado a rendirse, a la vez que contestaba NO ME RINDO UN CARAJO, corrió hasta el baño donde se parapeto detrás de la pared desde donde combatió valientemente hasta que un proyectil de los delincuentes lo dejó fuera de combate.

El Soldado Hermindo Luna demostró con un acto de heroísmo valores internos desconocidos y poco común, ya que prefiere la muerte antes que entregar el puesto.

Con su accionar permitió que el resto del Retén reaccionara, a la vez que desconcertó con un acto tan heroico a los delincuentes.”

En conclusión: Esta es una historia de fuerte impacto, que cala hondo en el sentir de muchos argentinos, como ella, aunque diferentes, hay muchas con la misma intensidad que dejan aflorar sentimientos encontrados, donde emerge lo peor de nosotros, lo peor de la “condición humana”. Sostengo como contraste y con bastante insistencia, que el perdón es la clave de la convivencia en cualquier sociedad del mundo, tiende a unificarla, es una decisión personal y al mismo tiempo un aprendizaje. Sabremos que hemos perdonado cuando ya no nos haga daño el recuerdo de tantas pérdidas, cuando hayamos quitado esa espina en nuestro corazón, que tanto dolor cada vez “que la tocan” nos causa. Comprender y respetar, facilita el perdón.

La reconciliación es la acción de dejar atrás un enfrentamiento y permitiría retomar un vínculo entre argentinos, en este caso como sociedad, interrumpido involuntariamente por el grave conflicto de la “violencia política” de los ’70.

La unión no es un hecho individual, un hombre solo no basta para formar una sociedad unida, para ello se precisa una multitud agrupada con el mismo objetivo.

Por lo tanto, “perdón, reconciliación y unión”, requieren de apertura en nuestra sociedad, que es lo opuesto a la venganza. Busquemos entonces al agraviado para ofrecerle nuestro perdón y reconciliación; no es una empresa fácil, requiere de mucha fuerza y templanza de espíritu.

Aquel 5 de octubre, el intento de las organizaciones guerrilleras de mostrar su poderío, tuvo el efecto de ahondar la represión y acelerar el golpe de Estado de Marzo de 1976. En este puntual ataque al Regimiento 29 de Formosa, murieron en total 24 jóvenes, la “paradoja” es que eran todos peronistas, diez soldados, un subteniente, un sargento primero y diez guerrilleros; este no es un detalle menor y para tener muy en cuenta en nuestra memoria colectiva. La actitud del Soldado Luna, contrasta con la de otros personajes del presente, y su grito “no me rindo un carajo” es un emblema de valor para los tiempos; este héroe no duda un instante ante la agresión del enemigo, su decisión y valor salva vidas; pocos lo recuerdan, pero Hermindo Luna vivirá siempre como ejemplo de una “raza que se extingue” para las nuevas generaciones de argentinos, donde deseo profundamente que la mejor arma sea la dialéctica. El diálogo es la clave, ante situaciones de enfrentamiento, y tal vez sea la mejor recomendación que le podemos brindar a nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

En memoria de los soldados que en plena democracia resistieron el ataque montonero. ¡Soldado HERMINDO LUNA Presente!

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