Por Oscar Dufour.-

Hace tres años fallecía, a los 84 años de edad, el Comandante de la gesta histórica de recuperación de nuestras Islas Malvinas en 1982. Evocación de sus palabras.

El 29 de septiembre de 2012 fallecía, a los 84 años de edad, a causa de un infarto de miocardio, el Almirante IM VGM Carlos Büsser, uno de los héroes de la gesta histórica de recuperación de nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sandwichs del Sur; fue en 1982 el Jefe de la llamada “Operación Rosario”, como finalmente se denominó al desembarco argentino, que involucró a gran parte de la Armada Argentina; y como suele suceder como constante y estigma en nuestra historia a quienes defendieron nuestros intereses nacionales, sufrió en vida la injusticia de los hombres, que envueltos en pasiones políticas, con una minúscula visión, fue relegado al olvido y a los rencores que pertenecen a una condición humana, que muestra lo peor de sí.

Esa “operación” militar que el Alte. Büsser comandó, quedará para siempre indeleble en nuestra historia contemporánea, existió y muchos pechos se inflaman gallardamente con su remembranza, cuestión que alienta mi deseo de escribir estos breves pero sentidos párrafos en su honor y afectuoso recuerdo, para sentir como muchos compatriotas, sincero orgullo sin egoísmos sectoriales y con una mirada amplia, brindar algunas precisiones de lo que sucedió en ella, en especial con las unidades de la gloriosa Armada Argentina. En la “Operación Rosario” se formaron entonces tres grupos diferentes, el primero incluía las unidades de transporte; buque de desembarco de carros Q-42 ARA Cabo San Antonio, rompehielos antártico Q-5 ARA Almirante Irízar y el transporte Isla de los Estados. Junto a estos buques navegarían los destructores D-1 ARA Hércules y D-2 ARA Santísima Trinidad, las corbetas P-1 ARA Drummond y P-3 ARA Granville y el submarino S-12 ARA Santa Fe. Dando cobertura a estas unidades de intervención se encontraban el portaaviones ARA 25 de Mayo, los destructores D-27 ARA Comodoro Py, D-26 ARA Bouchard y D-29 ARA Piedra Buena y el petrolero B-18 ARA Punta Médanos. En la “operación” táctica intervinieron un total de 700 Infantes de Marina y 100 integrantes de fuerzas especiales.

Al momento de su muerte, el Almirante IM VGM Carlos Büsser se encontraba desde 2009 cumpliendo arresto domiciliario, a la espera de un “juicio” que nunca llegó, por su presunta participación en “delitos de lesa humanidad” en ocasión de haber sido destinado en algún momento de su carrera naval, en la ciudad de Bahía Blanca. Su arresto lo cumplió con una dignidad cristiana admirable, fue un oficial brillante de la promoción 78 de la Infantería de Marina, dueño de una gran moral propia de los elegidos y de quienes profesan una profunda fe en Dios. Cuatro días después de su muerte, sumergida en una profunda tristeza, fallece su esposa y compañera de toda la vida Sra. Delia Niemietz de Büsser.

Fragmento fiel de la entrevista que el Almirante IM VGM Carlos Büsser concedió por escrito a la “BBC” en español.

«En las operaciones anfibias, el día comienza en las últimas horas de la noche, cuando los hombres se preparan para entrar en combate, desayunan, toman su armamento y se dirigen a los lugares de embarco», señaló el contraalmirante, refiriéndose al 1 de abril de 1982, a pocas horas de producirse el asalto contra la capital del archipiélago Port Stanley / Puerto Argentino.

Los Infantes de Marina a su cargo -y otros efectivos del Ejército y la Armada- habían llegado a la costa de las islas en dos buques de desembarco: el Cabo San Antonio y el Santísima Trinidad. Además participaron el rompehielos Almirante Irizar y el submarino Santa Fe.

En total, había decenas de vehículos armados y cientos de efectivos, incluyendo unos 80 miembros de las fuerzas especiales.

«Durante la travesía hacia las islas nos acompañó un fuerte temporal, casi hasta el momento de llegar».

«La masa de tropas en el buque de desembarco de tanques del ARA Cabo San Antonio tenía experiencia en ejercicios anfibios anteriores, de modo que su adaptación a las malas condiciones del mar fue buena (…) En las horas previas a la operación todos se veían muy tranquilos, concentrados en preparar el armamento y los jefes de fracciones enfocados en sus planes y estudio de los objetivos»

Tras haber preparado la maniobra numerosas veces con anterioridad, ya se sabía que una vez que se diese la orden de embarco el personal sólo tardaría 18 minutos en estar listos para desembarcar. Y así fue en la mañana del 2 de abril.

La punta de lanza de la operación fueron ocho buzos tácticos que salieron aproximadamente a las 0400 del 2 de abril del submarino Santa Fe, comandado por el Capitán Horacio Bicaín.

«Al llegar a tierra se adoptó un dispositivo de seguridad, ya que el enemigo que esperábamos en la playa no daba señales de presencia. Cuando estábamos por ingresar a Port Stanley recibimos fuego. La vanguardia desembarcó de sus vehículos y rechazó el ataque obligando a los soldados británicos a retirarse».

Pero simultáneamente hubo un pequeño grupo de fuerzas especiales que trataba de lograr un objetivo crucial: tomar la casa del gobernador y lograr la rendición.

«La gran dificultad era que, según nuestra inteligencia, los británicos no se iban a rendir sin haber sufrido o habernos causado bajas, por lo que la única solución era lograr que se rindieran antes de que comenzara o se generalizara el combate».

«Por eso ordené que el grupo del capitán (Pedro) Giachino presionara al señor (Rex) Hunt (Gobernador de las islas) con el objeto de quebrar su voluntad y lograr una rápida rendición».

«Giachino y sus hombres cumplieron acabadamente esa exigencia. Hicieron fuego nutrido sobre la parte superior de las ventanas de la casa de Hunt, y en particular sobre el despacho donde estaba el mismo Hunt, obligándolo a tirarse debajo del escritorio».

Conclusión

La defensa de nuestros intereses nacionales y nuestra Soberanía Nacional, requirieron en toda nuestra historia contemporánea de la valentía y profesionalidad de muchos héroes, su mayoría lamentablemente son los anónimos y no conocemos sus narraciones, por suerte unos pocos salieron a la luz con ellas, para ilustración de la opinión pública y las nuevas generaciones.

Nuestros héroes de guerra merecen tenerlos siempre presentes, continuamente en el recuerdo desde donde podamos, no importa cuán grande o modesto como es este caso sea el homenaje, porque es una forma de ayudar a mantener encendida una llama que indique acá vivió un héroe de Malvinas. Interpreto también en este puntual caso, que fue una gran injusticia, el escarnio que ya ancianos el Almirante Büsser y su esposa Delia debieron soportar por el capricho y arbitrariedad de unos pocos. También como él, no pocos que han servido con honores a la Patria están en prisión, a la espera de un “Juicio” que nunca llega y seguramente nunca va a llegar con la transparencia y objetividad que debiera, ya que muchos de los que deberían rendir cuentas a la Justicia por su pasado “violento” hoy se encuentran libres o en la función pública, convertidos en sus “cancerberos”. Por lo tanto, considero que si la Justicia no es igual para todos, no es Justicia, es venganza; sostengo con firmeza lo opuesto a la represalia, ya es tiempo de “diálogo, promoviendo una apertura en nuestra sociedad con “perdón, reconciliación y unión” entre los argentinos,

El señor Almirante IM Carlos Büsser es uno de nuestros héroes de la Guerra de Malvinas que siempre deberíamos recordar; y me permito hacerlo concluyendo con las conmovedoras palabras que me hizo llegar en un pasado homenaje, quien reemplazara al Capitán de Fragata (PM) Pedro Giachino luego de su heroica muerte, me refiero al entonces 2do. Comandante del Batallón de Infantería de Marina N°1 – 1982 CFIM Oscar Victor Bulfon, que calificadamente lo sintetiza así: “Fue un gran infante de Marina, su característica esencial fue la humildad y la negación de la soberbia … era una gran persona … con cualquiera que hablara le decía “Señor” … aunque sea de menor jerarquía. Fue un excelente Comandante de la IM… el mejor Comandante de la IM”.

Señor Almirante IM VGM Carlos Büsser, descanse en paz y en libertad. Dios lo tenga a su lado!

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