Por Guillermo Cherashny.-

En la reunión de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Servicios de Inteligencia concurrieron Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, el señor 5 y 8 de la Agencia Federal de Inteligencia, ex SIDE. Como era de esperar, negaron tener alguna relación con el sistema ilegal de espionaje que integraba Marcelo D’Alessio, aunque reconocieron que el comisario Bogoliuk y Roldando Barreiro integraron ese organismo de inteligencia pero fueron cesanteados a fines del 2016. Es de estilo que las agencias de inteligencia, cuando sus agentes cometen delitos, el organismo niega que pertenecen a esa institución, por lo cual sólo cabe confiar en las palabras de Arribas y Majdalani. Hasta ahí nada nuevo pero en forma indirecta admitieron que cometieron el delito de extorsión y asociación ilícita al reconocer que le enviaron dos agentes de inteligencia como Juan Sebastián de Stefano, director de legales junto a otro más para «visitar» a Carzoglio, el juez de garantías de Avellaneda antes que éste se pronunciara sobre la prisión preventiva de Pablo Moyano, pedida por el fiscal Sebastián Escalera de Lomas de Zamora. El pueril argumento que dijeron fue que temían una huelga general de camioneros ante una eventual detención de Moyano, para lo cual debían prepararse. Esta insólita confesión que hicieron cuando los legisladores nombraron a De Stefano los hace partícipes de los delitos enunciados.

Es la primera vez desde la vuelta de la democracia en 1983 que los jefes de la ex SIDE confiesan un delito en medio de una Comisión Bicameral del Congreso, lo cual demuestra que un ex representante de jugadores de fútbol como Gustavo Arribas comete tal desatino violatorio de la división de poderes y del Código Penal.

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