Por Carlos Tórtora.-

La designación de la Fiscal Cristina Caamaño como interventora de la AFI por 180 días dio comienzo a la reestructuración del organismo. Hasta el momento, lo único resuelto, aunque sólo verbalmente, es que los fondos reservados serán reasignados a programas de asistencia nutricional. Con esta inédita bandera, el gobierno dejaría desfinanciadas las operaciones de inteligencia previstas, forzando la reestructuración. Sin embargo, Caamaño pareciera inclinarse por una profunda reorganización del organismo y no por su desguace. El influencer Horacio Verbitsky, mentor de Caamaño, pensaría en una AFI remodelada, con una amplia purga de personal y apta para operar contra los enemigos del gobierno. La influencia contraria es la del Secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz, quien sostiene que ésta es una oportunidad única para construir un nuevo sistema de inteligencia, para lo cual lo mejor sería desarticular el actual organismo.

Las reformas que no fueron

Hasta ahora, todos los intentos por reorganizar a fondo la AFI terminaron en acciones superficiales, cambios de nombres y demás cortinas de humo. La intervención dispuesta por Alberto es, sin duda, la tentativa de reforma más audaz de todas. Generalmente, las reformas de la AFI fracasaron con el paso del tiempo, que hizo que el gobierno volviera a echar mano de las tradicionales estructuras de la casa de los espías.

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