Por Hugo Morales.-

Jaqueado por un desmanejo económico financiero y por las objetivas circunstancias de la caída de las regalías petro-gasíferas a raíz de la baja del precio del crudo en el mercado internacional que afecta gravemente los ingresos provinciales y su derrame en los municipios neuquinos, el intendente kirchnerista de San Martín de los Andes, Juan Carlos Fernández, afronta una de las crisis más graves de su gestión de gobierno al punto que en esta semana recrudecieron las versiones sobre su renuncia, una hipótesis que el mismo jefe comunal y sus colaboradores más cercanos, como su ministro de Gobierno y operador político todo terreno, Guillermo Carnaghi desmintieron tajantemente.

El propio Fernández se lo confirmó a su sucesora, la emepenista Brunilda Rebolledo durante una confusa reunión que se realizó ayer, en medio de la crisis, en la municipalidad local. Brunilda fue a una reunión convocada con anterioridad por el Municipio para tratar el espinoso tema del transporte local de pasajeros y terminó envuelta en una operación donde se la quiso hacer aparecer como tirando un puente de plata a la continuidad de la gestión del Intendente, quien sin empachos les recriminó a sus colaboradores más inmediatos, hombres y mujeres del kirchnerismo de paladar negro, su indisposición a afrontar la crisis que se refleja en lo inmediato en la suspensión de los pagos de los salarios de la plata política.

El origen de la crisis tiene diferentes explicaciones. Para Fernández obedece a la injusta e irregular distribución por coparticipación que padece el Municipio e invoca desde los tiempos de Luz Sapag, en un intento de explicar la dificultad del momento. En realidad, San Martín de los Andes, recibe ingresos por este concepto de igual manera que hace 15 o 20 años atrás cuando tenía menos de la mitad de su población actual, que oscila entre los 35 a 40 habitantes más el cúmulo de turistas -unos 5.000 por temporada- que exigen servicios municipales esenciales.

Para la oposición, en la que se mezclan emepenistas que se reportan a Guillermo Pereyra como el presidente del Bloque de Concejales del MPN, Carlos Salonitti con aliados en colectoras como el dirigente del MID y hombre de la construcción, Guillermo Olaram, que se reporta al mandamás de la UOCRA en Neuquén, Víctor Carcar, el origen de la crisis debe buscarse en un mal manejo de la administración municipal. Para ello ejemplifican con la facilidad de aumentos salariales -en el caso de Salonitti- o el dispendio y desidia en el manejo de las contrataciones, especialmente en el rubro monotributistas para la opinión del albañil.

Lo cierto es que el déficit proyectado de aquí a fin de año, es de 40 millones de pesos, pero lo más grave es que no se visualiza una salida inmediata. Fernández sostiene que los canales con la Provincia se encuentran cerrados porque el gobierno de Jorge Sapag y de su sucesor, Omar Gutiérrez no da señales de concurrir en su auxilio a raíz, también, del corset financiero que soporta la administración neuquina. En silencio ruega para que el gobernador consiga los fondos necesarios a través del endeudamiento con bonos que se espera rindan sus frutos en el próximo mes de septiembre.

Esa sería su carta de salvación. Pero en tanto debe decidir que debe hacer con un gremio estatal exacerbado, como en el resto de la Provincia, por sacar provecho de la crisis y que pone, cuando no, sobre la mesa su propia y feroz interna entre los sectores que responden a Carlos Quintriqueo (Soraya Abraham) y Julio Fuentes (Segundo “Sapo” Andrade). Duchos en estas perturbaciones, los gremialistas tratan de consolidar poder interno para poder plantársele a Brunilda Rebolledo. En esa reunión frustrada que comentamos al principio entre intendente actual e intendenta futura, los bombos de ATE irrumpieron de manera violenta creyentes de que se estaba negociando el traspaso anticipado del Poder Municipal.

También en soledad, Fernández rumia su malestar con el gobierno nacional por el abandono -que no niega e insulta en privado- a que fue sometido por su principal sponsor. El hoy todopoderoso titular de la recientemente creada Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, como continuidad de la central de espías criollos de Cristina Fernández. Ni el “Señor 5”, ni la Presidente, y ni siquiera la diputada nacional Nancy Parrilli, han llamado al intendente para buscar una salida inmediata a un problema que amenaza con incendiar a la ciudad vidriera de la provincia con fuerte repercusión en los medios nacionales.

En ese contexto trascendió la renuncia de Fernández después de una reunión con el Concejo Deliberante que preside otro adversario interno del jefe comunal: el peronista todo terreno Julio Obeid que en el pasado criticó duramente al intendente y no vaciló en protagonizar escenas de box con Carnaghi, otro pejotista ortodoxo pasado luego al kirchnerismo de la mano de Parrilli, de quien no olvida la tramposa jugada de las elecciones del 2007 que lo podían haber catapultado al lugar de Fernández.

No obstante, tanta obediencia debida tuvo su premio. Carnaghi, jaqueado por su vinculación con los rentals privados que se instalaron en la base del Cerro Chapelco de la mano del lonko (cacique) Curruhuinca, Ariel Epulef, marcha con paso seguro hacia la Legislatura donde ya tiene asegurado su banca y con ello su futuro en los próximos cuatro años. Fernández, en cambio, no tiene destino político y para colmo debe enfrentar procesos judiciales que se iniciaron por presuntas irregularidades en el ejercicio de su función.

También debe soportar las peripecias del juicio penal contra su hijo Juan Marcos, quien se encuentra sospechado de haber tenido una dudosa participación en el crimen del sargento de policía Aigo, quien fuera muerto por dos terroristas chilenas con conexiones con las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC). Al menos eso es lo que se acredita desde la Justicia chilena, pero soslayada por la investigación argentina -Parrilli dixit- a raíz de los compromisos políticos y económicos del gobierno de CFK con el ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, protector de esos grupos terroristas.

Todos esos vaivenes más una humillante derrota electoral en manos del MPN y del macrismo del empresario Juan Carlos Querejeta, que se reporta en la Provincia a Horacio Quiroga, han calado fuerte en el espíritu de Fernández. “Yo lo que apelo es a la responsabilidad en la información”, dijo Fernández ofuscado ante las versiones que indicaban la posibilidad de su renuncia y peleándose con los periodistas de los mismos medios que meses atrás, no vacilaron en ensalzar su trayectoria.

Sin embargo, quizá producto de la vehemencia del momento aventuró: “No se me pasa por la cabeza renunciar” y prometió “seguir hasta el 10 de diciembre” aunque aclaro que eso no se lo iba a pedir a todos sus funcionarios en medio de una fuerte discusión con Martín Rodríguez, uno de los cruzados de su gestión que se ocupa del problema de la vivienda en la localidad. Lo cierto que un alejamiento del Intendente a menos de 5 meses de la entrega del mando no daría para un adelantamiento por impedimento de la Carta Orgánica. Le sucedería Obeid, salvo que ante la magnitud de la crisis -Sapag y Cristina-Parrilli no serían ajenos- haya un acuerdo político para que se haga cargo Brunilda Rebolledo, aunque todavía no haya conformado su gabinete y tenga ruidos en el sistema de comunicación con el viejo fuerte de Los Torreones en Neuquén o con la Casa Rosada en Buenos Aires.

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