Por Hugo Morales.-

En un marco de generosidad por parte del Gobierno provincial y de discutida eficiencia del Gobierno municipal se celebraron los 122 años de San Martín de los Andes, principal centro turístico de Neuquén que recaudo casi 150 millones por este concepto. El turismo es la segunda actividad económica de la Provincia, después del petróleo y gas, y ha sido uno de los ejes de la estrategia de desarrollo del gobernador Omar Gutiérrez. El mandatario junto al novel intendente Carlos Saloniti, hijo putativo -en términos políticos se entiende- de la recordada y trágicamente fallecida Luz Sapag, siempre presente emocionalmente en cuanto discurso se pronuncie pero a veces olvidada en los hechos. La hija del legendario senador, Elìas Sapag, cambio totalmente durante su mandato la fisonomía estructural de una ciudad que hoy la vanagloria con Saloniti como uno de sus laderos, quien hoy afronta sobre sus espaldas tan pesada herencia de ejecutividad y gestión.

Gutiérrez mencionó tres obras que son fundamentales para el crecimiento de la ciudad como lo es el nuevo hospital de complejidad VI que se construye por 400 millones de pesos que le permitirá suministrar servicios sanitarios claves y dará seguridad a los miles de turistas que año tras año se acercan para gozar de sus maravillosas bellezas naturales, la modernización del aeropuerto aunque falta para que se le dé jerarquía de internacional y así poder traer turistas directamente del exterior y la pavimentación de rutas aledañas como la 23 que completaría un circuito de fuerte impacto uniendo desde El Bolsón en Río Negro y norte de Chubut hasta Pino Hachado en el oeste de Neuquén, pasando por Bariloche, Villa La Angostura, San Martín y Junín de los Andes, Aluminé y Villa Pehuenia.

Tamaña visión geopolítica no concuerda con el vuelo de paloma de la actual gestión municipal. Abrumado por la negativa imagen que dejó su antecesora Brunilda Rebolledo –también del Movimiento Popular Neuquino (MPN)- el jefe comunal se enfrascó en un rush ineficaz de visitas barriales, y otros actos menores como fotos con deportistas de variado pelaje bajo el paraguas de un excesivo aparato de prensa y propaganda, cuyos excesos lo comprometen y le quitan libertad de acción gubernamental. Si hasta la visita de River que favoreció la difusión de la ciudad no pudo ocultar que la presencia de los millonarios de Gallardo se debió a una gestión directa personal del entrenador con los dueños del Golf de San Martín de los Andes y su hotel de cinco estrellas, el único de esa categoría que tiene dicho centro turístico.

De todos modos, las promesas y los discursos de ocasión estuvieron a la orden del día. “Cada día que me levanto estoy convencido que es un sueño ser Intendente de esta hermosa ciudad. Y los sueños traen aparejado sacrificio y perseverancia”, comenzó diciendo Saloniti y completó: “Para salir adelante, una ciudad debe poner empeño, buena fe, ciudadanía, respeto, diálogo, entendimiento en la diversidad, paciencia para el que piensa distinto; y los que somos representantes del pueblo tenemos la doble responsabilidad también de saber escuchar”. Parecía un discurso de campaña más que una rendición de cuenta a los vecinos que aspiran a una ciudad limpia y ordenada pero también a un crecimiento planificado.

Precisamente el intendente hizo hincapié en el corto período de su mandato para poder mostrar cuestiones más profundas pero no debería olvidar que ganó las elecciones varios meses antes de hacerse cargo de la municipalidad y ello lo obliga a rendir cuentas porque dejó todo para último momento. Desde la elección de sus funcionarios hasta los planes de gobierno, especialmente cuando fue secretario de Hacienda de la pobre gestión de su antecesora. Lo que más enfurece a Saloniti es insinuarle que puede terminar como su ex jefa en la negativa consideración ciudadana, especialmente para un político que sueña con otros destinos superiores en el plano provincial.

Hoy por hoy tiene una excelente relación con Gutiérrez, quien lo defiende a capa y espada, pero está distanciado del máximo estratega emepenista, el ex gobernador Jorge Sapag, quien como prueba de su molestia no asistió a los actos públicos. Pese a que todavía mantiene vasos comunicantes con Guillermo Pereyra, otros de los hombres fuertes del partido provincial y, que tampoco asistió al palco de su ahijado político, el jefe comunal permite que algunos allegados del sindicalista petrolero ocupen posiciones de privilegio en su entorno que podrían llegar a comprometerlo en una de las aristas que más se ocupa de cuidar: la transparencia de sus actos del gobierno. Tampoco el ex senador tiene tiempo para cuestiones municipales ya que está más ocupado en atender el frente petrolero y en suturar heridas en su propia base sindical.

En síntesis un discurso para la ocasión propio de un intendente pero alejado de lo que espera la clase pensante de la sociedad. “En estos 50 días, trabajamos en la travesía urbana, hicimos limpieza, desmalezamiento, cortamos el pasto, reparamos garitas, hicimos el bacheo tan necesario, demarcamos sendas peatonales, pintamos rotondas, callejones, construimos tres sendas elevadas en la ruta 40 para ordenar la ciudad y mejorar el tránsito entre Molina Campos y Bello, construimos dársenas para colectivos, porque es imprescindible que los vecinos tengan cada día un poquito mejor calidad de vida. Conseguimos, a través de gestión, de manera gratuita, que un empresario pinte las columnas del centro con material anti vandálico para que tengamos la ciudad que merecemos. Trabajamos con el EPEN y Provincia para alumbrar la ciudad y ahora, a través de un convenio, vamos a iluminar el barrio Cantera. Tuvimos eventos deportivos y culturales. Como Municipio, necesitábamos imperiosamente estar donde teníamos que estar, limpiando, iluminando y manteniendo la ciudad”.

“Muchas fotos para pocas nueces” se escribió en las redes sociales y enojaron al novel jefe comunal pero olvida de convocar a connotados profesionales de la ciudad para cuestiones importantes. Por ejemplo la planificación que San Martín de los Andes que contemple una comunicación física más directa con aquellos centros urbanos donde se concentra el crecimiento poblacional. El casco histórico, Lolog y el ingreso a la ciudad por la ruta 40 que constituye un serio problema por el atascamiento automovilístico que produce una sola vía de acceso. Las rutas alternativas duermen el sueño de los justos al igual que las obras de infraestructura. Un serio peligro se cierne sobre 85 viviendas levantadas a orillas de un cerro y que corren el riesgo de sufrir un derrumbe con la posibilidad de graves daños materiales y en vidas humanas.

Este caso es un típico ejemplo de la desidia comunal sospechado de evidente acto de corrupción durante la gestión de Rebolledo al punto que fue echado sin miramientos el anterior secretario de Planificación, Guillermo “Tako” Rey que se opuso a tamaño desatino. En ese momento Saloniti era otro secretario de Rebolledo y aún no ha reparado el daño. En ese desaguisado municipal quedan algunas cuestiones para destacar como acierto de su breve gestión. La Noche de las Artes que alegró los días previos al aniversario y provocó la participación de lugareños y turistas aunque eso contrasta con la inexplicable existencia de una radio municipal a cuyo frente se encuentran improvisados y que no pueden conformar las demandas de una ciudad que aspira a tener un Medio de Comunicación que contemple los intereses de toda la comunidad y no los de unos pocos puestos al servicio de mezquinos intereses personales y/o políticos.

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