Por Guillermo Cherashny.-

El presidente sigue sin aceptar la invitación a la Cumbre de las Américas que se realizará en Los Ángeles porque alega que Biden excluyó a Cuba, Venezuela y Nicaragua; pero en realidad Alberto está enojado con la Casa Blanca porque no le concedieron una reunión bilateral con el presidente de los Estados Unidos. Es más, AF intenta mediar entre el gobierno americano con Cuba y Venezuela, con la excusa de que preside el foro inexistente de la CELAC, del cual ejerce la presidencia pro tempore. Ese sello carece de importancia y AF cree que es una OEA paralela por el solo hecho que él la preside, ya que, como sabemos, nuestro presidente tiene una autoestima muy grande que sólo se la reconocen sus amigos de la mesa ratona de Olivos.

Ya intentó lo mismo en Europa con la invasión rusa a Ucrania, donde tiene posiciones cercanas al Kremlin, ya que critica las sanciones de Occidente y «exige» que no le envíen armamento a Ucrania -que, si Europa y Estados Unidos no lo hicieran, Putin ya habría tomado Kiev.

Esta semana recibió al senador Christopher Dodd, un demócrata muy influyente en el senado americano, y no aceptó todavía la invitación de Biden. Pero no se da cuenta de que, si no va, nadie lo va a extrañar, porque no irán ni AMLO ni Bolsonaro; además, se pierde darle un «abracito» a Biden, como hizo el año pasado en Europa, manoseando al presidente de los Estados Unidos. En definitiva, no para de hacer papelones en el mundo.

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