Por Israel Rabinowicz.-

Estaba escribiendo un comentario dedicado a Siria y el risueño acuerdo de alto al fuego recientemente firmado en Munich, quedará para otra oportunidad, sobre la marcha modifiqué la orientación y temática del mismo.

La televisión israelí está transmitiendo en directo el ingreso del ex Primer Ministro Ehud Olmert en la cárcel para cumplir una condena de 27 meses por corrupción y otros cargos, hay que aclarar que los hechos ocurrieron cuando cumplía como Alcalde de Jerusalén, le quedan pendientes aún otras causas abiertas que pueden empeorar su situación.

Lo conocí absolutamente en forma casual de ello hace más de 30 años mucho antes que fuera Alcalde de Jerusalén, en aquellos tiempos se desempeñaba como diputado y ministro en el Gobierno Nacional, ambos, cada uno por razones diferentes estábamos alojándonos en el Caracas Hilton, de allí surgió una relación que hizo que luego fueran muchas más las oportunidades.

Hombre pícaro e inteligente, la natural y aquella que solamente se aprende en canchas de fútbol de la que era asiduo concurrente, siempre dije que era el único que podía ponerse a nivel de Netanyahu, era el único que podía con él competir en terrenos inalcanzables para otros, ambos estaban cortados por las mismas tijeras, incluso en las cosas que podían separarlos, será por ello que mutuamente no se soportaban.

Es la primera vez que un Primer Ministro de Israel ingresa en prisión, la compartirá con un ex Presidente que cumple su condena por acoso sexual, también con un juez extraditado desde Perú a donde había llegado para que la policía no lo alcance, ello hace que la justicia israelí reciba la mayor de las calificaciones y el mayor de los respetos, una gran aplazo para la política y sus políticos.

Pero si hoy es un día negro, ayer no lo fue menos. También la televisión lo transmitió en directo.

Fue vergonzoso ver al Primer Ministro Netanyahu sentado frente a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de Israel defendiendo un acuerdo monopólico que el gobierno suscribió para la explotación de los yacimientos de gas natural, es la primera vez en toda la corta historia del Estado de Israel que un Primer Ministro en persona concurre a los tribunales para defender un acuerdo comercial, una decisión del gobierno en la que la justicia no debe intervenir.

En principio el gobierno cumplió estrictamente todos los pasos legales antes de la firma del acuerdo final, todo a la luz de día, en el camino quedaron la renuncia de un ministro que obligadamente por ley debía autorizarlo y se oponía para que Netanyahu, que asumió interinamente en su lugar, lo hiciera, otras obstrucciones tuvieron que subsanarse con picardías legales similares, un negocio de más de US$ 300 mil millones de dólares en donde grandes empresas petroleras internacionales cuyos nombres son muy conocidas en Latinoamérica estaban presionando.

Diferentes organizaciones civiles llevaron el tema ante la Corte, lo judicializaron, allí bajo los difusos argumentos de razones de seguridad y políticas Netanyahu endosó al Supremo la responsabilidad final, de vuestra resolución depende que Israel retroceda muchos años y que además judicialmente le reclamen por incumplimiento de contratos, no dejó que ningún ministro o alto funcionario se personara para defenderlo, no permitió que se hiciera por escrito, él decidió poner su propio peso y presencia personal, su brillante oratoria argumentando que con su no aprobación se estaba poniendo en riesgo la independencia y el futuro económico de Israel, en lo político en peligro las especiales relaciones con Turquía, Grecia, Jordania, Egipto y otros países, obviamente a los que no mencionó, que el vacío que dejará Israel en el abastecimiento de gas será cubierto por Irán, la nebulosa, todo misterio para que los jueces dejen volar su imaginación.

La primera vez que en 67 años que un Primer Ministro se sienta frente a los jueces del máximo tribunal de justicia para defender un acuerdo comercial del gobierno, solamente la presión de 300 mil millones de dólares pudieron lograrlo.

Desde diferentes ópticas para Israel fueron 2 negros días.

Hasta la próxima.

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