La caída del petróleo neutralizará la ralentización en las exportaciones.

La desaceleración china no arrastrará a Europa hacia una recesión, según el consenso de analistas consultados por elEconomista, sobre todo gracias al abaratamiento del petróleo, que neutralizará la previsible ralentización de las exportaciones europeas asociada a la mayor debilidad del gigante asiático.

Este mensaje positivo viene reforzado por un informe de Santander que descarta esa situación en Europa e incluso un estancamiento prolongado de la economía mundial motivado por China, país para el que prevé un alza del PIB en el entorno del 7% este año. El estudio se apoya en que de Estados Unidos emanan señales positivas para el crecimiento, en que la inflación subyacente se mantiene vigorosa, y en que la caída del precio del crudo (en mínimos de 2009) supondrá un impulso adicional al avance del área euro.

En este sentido, el economista Juan Ramón Caridad, defiende que la caída del petróleo supone un poderoso acicate para el crecimiento en Europa, abaratando la factura energética hasta compensar en parte la eventual merma en las exportaciones a China. Añade que esa reducción potencial de ventas europeas aún vive en el terreno del vaticinio, ya que hasta la fecha no se aprecia en muchos sectores.

China sí cambiará

De hecho, los pedidos de la industria alemana, la más permeable a China de Europa, arrojan crecimientos (ver gráfico). Es pronto para catastrofismos, zanja Caridad. A este argumento se une el socio de China Capital y profesor del IEB Javier Santacruz, quien recalca que lo que sí se va a producir es una recomposición de las exportaciones a China. Ejemplifica con el sector del automóvil: si bien la atonía china puede mermar las ventas de coches de alta gama, ello no obsta para que el cambio de paradigma en el país asiático, más orientado al consumo, opere un alza de las ventas en vehículos de menor categoría.

Tanto Caridad como Santacruz destacan el efecto bálsamo del petróleo, que tiene su origen en un exceso de oferta, y no en una menor demanda, lo que descarta una tendencia de menor actividad económica que apunte a una recesión en Europa, EEUU o a escala global. Santacruz precisa que el efecto en Europa de la debilidad china se canaliza vía Alemania, país que puede redireccionar sus exportaciones a otros destinos mientras dure la coyuntura adversa en China. Y destaca que, además, muchas de las exportaciones germanas al gigante asiático computan como tales, pero en la práctica son ventas a los destacamentos en China de empresas alemanas. Añade el analista que la principal influencia negativa reciente sobre el Baltic Dry Index (índice de fletes marítimos) deriva de la caída de precios de la materias primas industriales y del incendio del puerto de Tianji más que de la coyuntura económica china como tal.

Coinciden los analistas en que la mayor exposición a China la tienen los emergentes y Estados Unidos. El profesor del IEB Miguel Ángel Bernal indica que la atonía china afectará primero a Tailandia, Malasia o Filipinas y a EEUU; después a Canadá, Australia, Nueva Zelanda y México; y en última instancia a Europa. El director de inversiones de Tressis SV, Víctor Alvargonzález, recalca que Estados Unidos es más permeable a China que Europa, porque el grueso de los movimientos comerciales del Viejo Continente son intracomunitarios.

En suma, como explica el profesor Juan Fernando Robles, la debilidad china puede restar unas décimas al PIB europeo, pero sin anticipar un escenario de recesión. (Isabel Acosta | elEconomista)

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