Por Israel Rabinowicz.-

Ayer se modificó el mapa político-estratégico en Medio Oriente, el descubrimiento en las costas de Egipto por parte de la italiana ENI de lo que tiende a ser el mayor yacimiento gasífero de la zona, posiblemente uno de los principales del mundo, así de claras y categóricas son las conclusiones que de ese hecho deben leerse.

Hace pocos años los grandes yacimientos y reservas de gas convirtieron a Israel, no sólo en el más fuerte y poderoso en lo que se entiende guerra tradicional, sino también en el terreno económico y político, de repente en sus manos, además del auto abastecimiento, un importante proveedor y socio estratégico con algunos de sus vecinos, Jordania y Egipto, a mediano plazo sus brazos pretendían extenderse hacia Europa del Este.

Las compañías explotadoras de los yacimientos en el Mar Mediterráneo cercanos a las costas israelíes exigían al gobierno condiciones propias de aquellos que tienen en sus manos el poder de la exclusividad, además conocer que son imprescindibles, garantías de precios muy superiores a los del mercado internacional, una rentabilidad extraordinaria que amortizaba sus inversiones en menos de 3 años, insólito.

Son casi 3 años que se vienen comprando conciencias y voluntades intentando cerrar un acuerdo que les brinde tranquilidad y seguridad económica, los costos obviamente a cargo de la población.

Desde su descubrimiento el gas ayudó a Israel a construir puentes económicos y políticos con sus vecinos, algunos de los cuales necesitan energía.

Este último punto, el geopolítico zonal, es el que permitió a Netanyahu sortear le negativa del Director General de la Autoridad Antimonopolios de Israel, Prof. David Gilo, quien por tal razón renunció a su cargo. Gilo está empecinado en romper el monopolio de las empresas, para que los precios y beneficios conviertan a la balanza a ser más equitativa para los israelíes.

Las pretensiones no fueron avaladas por las comisiones creadas exclusivamente para analizarlas, un gran debate público se abrió.

Es conocido que en Israel todo lo que tiene que ver con seguridad tiene prioridad y tratamientos especiales, al tema del gas se lo disfrazó bajo dicha cobertura con la intención de esquivar, sobrevolar a todos los impedimentos previos.

En el medio contratos de exportación a punto de firmarse con Jordania, Egipto, Turquía y otros por más de 50 mil millones de dólares, detrás de ellos se introducían los argumentos de política y seguridad con los que se pretendía superar los escollos jurídicos y parlamentarios.

El descubrimiento de los yacimientos de gas en Egipto, se dice que sus reservas son muy superiores a las de Israel, en un segundo destruyeron, derribaron una torre de planes y proyectos que hasta ayer era de la más sólida.

Yitzhak Tshuva titular y principal accionista de las empresas explotadoras Tamar y Leviatán desaprovechó y dejó pasar oportunidades de oro, los grandes números le nublaron la vista, negoció como un principiante e inexperto comerciante, seguramente ya en Forbes debe haber descendido muchos números en la escala de las grandes fortunas.

Desde hoy en el tema gas el centro del poder ya dejó de ser solo de Israel, ahora ya lo es compartido con Egipto, en lo político un giro de 180 grados.

Ahora hay que rearmar el tablero.

Hasta la próxima.

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