Formalización de las denuncias por corrupción contra altos ejecutivos de Odebrecht pone contra las cuerdas al ex presidente.

Brasilia. La denuncia por presunto «tráfico de influencia internacional» que la Fiscalía formalizó en su contra y el estrecho vínculo con empresarios presos como parte del escándalo de corrupción en Petrobras hacen tambalear por primera vez el manto de inmunidad que parece cubrir al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Las investigaciones sobre la colosal trama de corrupción en la estatal tuvieron un nuevo capítulo el lunes, cuando fueron inculpados altos ejecutivos de las mayores constructoras nacionales, muchos de ellos cercanos a Lula.

Uno de los imputados fue el presidente de la empresa Odebrecht, Marcelo Odebrecht. El dueño de la mayor constructora del país y otros siete ex ejecutivos de su empresa fueron acusados por delitos de corrupción activa y pasiva, lavado de dinero, formación de cartel, fraude en licitaciones y asociación para delinquir.

El «cártel» al que refiere la acusación lo integran, según las denuncias, empresas contratistas de Petrobras con el fin de repartirse las licitaciones, combinar contratos inflados y distribuir sobornos entre políticos y ex directores de la estatal.

Por su parte, el jueves Lula pasó a ser investigado por el Ministerio Público Federal (Fiscalía) del Distrito Federal, bajo sospecha de haber incurrido en el delito de tráfico de influencia internacional a favor de Odebrecht.

La constructora financió viajes de Lula a Cuba, República Dominicana, Ghana, Angola y Portugal. Según las denuncias, la empresa brasileña conseguía así contratos de obras en esos países, que eran financiados por el Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil a bajo costo.

«La vez de Lula», titula hoy uno de sus editoriales el diario «O Estado de Sao Paulo», que afirma: «La investigación (…) es la primera acción oficial que levanta una punta del velo que cubre la notoria vinculación de Lula con empresarios poderosos, principalmente contratistas de obras públicas, involucrados hasta el cuello en el escándalo de Petrobras».

Además de con Odebrecht, Lula mantuvo durante sus dos gobiernos (2003-2010) estrechos vínculos con otras constructoras, como OAS, UTC y Camargo Correa, que también tienen a altos ejecutivos detenidos. El ex presidente de esta última, Dalton Avancini, fue condenado el lunes a 15 años de prisión, en la primera sentencia por el caso Petrobras.

También el analista del diario «O Globo» Ricardo Noblat dedica su columna de hoy a las relaciones bajo sospecha de Lula con los empresarios.

«Triste fin de Lula, el ‘niño travieso’ de las constructoras», titula Noblat su artículo, en el que asegura: «En los dos gobiernos de Lula, Odebrecht fue la constructora que recibió más dinero público prestado por el BNDES. Fue también, con ayuda de Lula, la que consiguió mayor cantidad de buenos negocios en otros países».

En concordancia con otros reportes de prensa, Noblat sostiene que, en el caso de OAS, la empresa le pagó a Lula la reforma de un departamento de tres pisos que el ex mandatario tiene en Guarujá, en el litoral de Sao Paulo.

Matheus Leitao, analista del portal de noticias «G1», asegura en base a comunicaciones interceptadas por los investigadores que los ejecutivos de las constructoras involucradas en el escándalo del «Petrolao» le decían «Brahma» al ex presidente y lo consideraban «nuestro amigo», en desmedro de su sucesora, Dilma Rousseff.

«La agenda (de Rousseff) no produce, ni de lejos, los efectos de las anteriores del gobierno Brahma», escribió el ex presidente de OAS, Léo Pinheiro, que está preso.

Los vínculos de Lula con las grandes constructoras no son novedad en Brasil, pero la formalización de la denuncia en su contra, asociada a la imputación y condena a prisión de ejecutivos «amigos», hace pensar que el ex presidente tiene motivos para preocuparse.

Las sospechas sobre el carismático dirigente sindical que salió ileso del escándalo del «mensalao» -que estalló en su primer gobierno y derivó en la prisión de emblemáticos dirigentes del PT- trascienden fronteras.

«Lula está apoyando empresas corruptas para hacer negocios corruptos en el exterior», disparó el director regional para las Américas de la organización Transparencia Internacional, con sede en Berlín, Alejandro Salas, según publicó la revista estadounidense «Foreign Policy».

Fuentes: DPA | El Comercio

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