Por Carlos Tórtora.-

La crisis en Bolivia tiene todos los elementos como para profundizarse, ya que ahora surgen los cuestionamientos a la legitimidad de la presidenta interina, la senadora Jeanine Añez. Pero, salvo Venezuela y Uruguay, prácticamente la totalidad de los gobiernos de la región reconocerían al nuevo gobierno provisorio. Lo que inclinó la balanza fueron las declaraciones de Donad Trump sosteniendo que las fuerzas armadas habían actuado en defensa de la constitución. Y el principal contradictor del presidente norteamericano fue Alberto Fernández, que dijo que EEUU estaba volviendo a sus peores momentos de los 70. La postura del próximo gobierno argentino sobre la crisis boliviana empezó con el planteo del Grupo de Puebla respaldando a Evo Morales y siguió con la afirmación de que sí hubo un golpe de estado. Para sostener esta línea, Alberto F debió impugnar la auditoría que realizó la OEA sobre las elecciones del 20 de octubre y cuyas conclusiones negativas abrieron el camino para que las fuerzas armadas le restaran su apoyo a Evo. Así fue que, en la divisoria de aguas que se fue formando, el presidente electo argentino quedó del lado de Cuba y Venezuela. Esto es, no reconocimiento al gobierno de Añez y respaldo a Morales.

Costos altos

De cara al futuro, la discusión sobre si hubo o no golpe de estado sigue siendo el tema. Pensando en después del 10 de diciembre, se ven pocas ventajas para la Casa Rosada en quedar alineada en contra de los EEUU y Brasil. El kirchnerismo se enfrenta a la dura realidad de una cancillería brasileña dispuesta a llevar al límite las negociaciones en el Mercosur. Ayer trascendió, por ejemplo, que Brasil y China conversan en el marco del BRIC sobre un eventual acuerdo de libre comercio. Ante esta realidad, Alberto no dudó y marchó hacia un acuerdo diplomático con México, cuya balanza comercial con la Argentina es de escaso relieve. Pero esta maniobra empujó aún más la postura pro Evo y terminó dejando al peronismo junto al régimen de Caracas. Habrá que ver también qué costo tiene esto en la relación con los EEUU, lesionada por la confrontación entre Alberto y Trump.

Share