Por Guillermo Cherashny.-

Hasta ahora en la Argentina sólo aparecen implicados en el escándalo de la FIFA Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis, de Full Play. Pero si algo está claro es que las sumas millonarias en dólares que recibió Julio Grondona no las repartía sólo con sus dos hijos, ya que en sociedad con diversos empresarios y banqueros construyó y administró varias torres de lujo en Puerto Madero y en el centro de Quilmes, donde hay imponentes edificios, así como en casi todos los barrios ricos de la zona sur de la provincia. En principio, hay que mirar a los dirigentes de la AFA más cercanos a «Don Julio», como Luis Segura, el actual presidente, José Lemme, el presidente de Defensa y Justicia y precandidato del PRO a intendente de Florencio Varela, a quien se vincula con carteles mexicanos y José Luis Meismer, secretario general de la Conmebol, ex presidente de Quilmes y estrechamente vinculado al jefe de gabinete Aníbal Fernández. Meismer es dirigente desde mucho tiempo antes de que Aníbal Fernández fuera un personaje importante de la política nacional. Como la investigación en el distrito sur de Manhattan recién empieza, los coletazos pueden llegar y los enemigos de Grondona, que son muchos, no perderán la oportunidad de iniciar una caza de brujas contra sus secuaces, que durante años los usaron.

La alta política

El encuadre legal en los EEUU se basa en la conspiración para el crimen organizado sancionada por la ley RICO, con la cual se encarceló a jefes mafiosos ítalo-norteamericanos como John Gotti. La Fiscalía Penal del Sur de Manhattan tiene jurisdicción sobre Little Italy y Brooklyn, y actúa en función de la información de bancos americanos con sede en Miami y de los cuatro arrepentidos que usando micrófonos ocultos probaron los sobornos a los dirigentes de América Central, es decir, la CONCACAF y los sudamericanos de la CONMEBOL. Resulta extraña la orden de captura contra Alejandro Burzaco, el CEO de Torneos y Competencias, cuyos accionistas mayoritarios son Direct TV, la señal de cable preferida por la presidente, y Liberty Media, dos empresas americanas que no podían desconocer que Burzaco sobornaba a los dirigentes de las confederaciones sin que sus casas centrales conocieran el tema. Sin embargo, la procuradora general Loretta Lynch sólo apuntó a los dirigentes del fútbol, o sea, a los culpables de cohecho pasivo y no contra los del cohecho activo, que serían Direct TV y Liberty Media. En principio, hay un paquete de veinte delitos comprobados pero también está de por medio la política de alto vuelo. O sea, el interés de Washington por evitar que Rusia, con la cual está enfrentada por su agresiva política en Ucrania, se anote un gran éxito internacional siendo sede del Mundial 2018. Y no menos fuertes son las razones del Departamento de Estado contra Qatar, por su enemistad con el aliado de los EEUU Arabia Saudita y el apoyo que da al Estado Islámico. Así las cosas, el juicio en Nueva York recién empieza y a partir de ahora las presiones políticas de uno y otro lado irán influyendo en el curso judicial.

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