Por Guillermo Cherashny.-

Los analistas internacionales y locales, influenciados por los medios de comunicación en los Estados Unidos y Europa y en nuestro país por los diarios «Clarín» y «La Nación», califican de extrema derecha, ultraderecha, racistas, antiinmigración a los actores políticos de ganaron con el Brexit en el Reino Unido, los votantes del no en Colombia y a Donald Trump, el presidente electo de los Estados Unidos. Es muy fácil etiquetar de antisemitas, ultraderechistas o racistas a los que se oponen a lo «políticamente correcto», como era quedarse junto a Europa, darles impunidad a las FARC o que ganara Hillary Clinton, una política mentirosa y corrupta.

En nuestro país, Cambiemos -y fundamentalmente el PRO- cometió en casi un año de gobierno un exceso de «corrección política» como lo demuestra aumentar la presión impositiva, aumentar el déficit fiscal, negociar con el kirchnerismo residual para que Cristina sea candidata, victimizándola todos los días para ganar las legislativas del año próximo, comparándose con el espanto de la vuelta del kirchnerismo.

En realidad, los triunfos del Brexit, el no en Colombia y Donald Trump son victorias del denominado «extremo centro», alejado de la ultraderecha y de la socialdemocracia europea, que contagió al partido demócrata americano y al PRO local, cada vez más cercanos a la socialdemocracia; de ahí el apoyo a Hillary por parte Malcorra y Macri.

Hasta ahora, la sociedad argentina no planteó una alternativa del «extremo centro», que obviamente no es Cambiemos ni el cristinismo y sólo puede ocurrir una alternativa de ese tipo si Sergio Massa entiende esta verdadera nueva política o bien los liberales argentinos se colocan en el «extremo centro» a la derecha del PRO o un sector del peronismo asume esa categoría política.

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