Por Benedict Mander desde Añelo (Financial Times).-

Darío Díaz jamás podrá olvidar el día en que hace dos años la mayor empresa de Argentina, YPF, junto a la mayor empresa petrolera de los EEUU, Chevron, firmaron un acuerdo por valor de 1.200 millones de dólares para desarrollar lo que ahora se sabe es el yacimiento más grande fuera de los EEUU, donde se comprobó la existencia de shale gas, cercano al pequeño pueblo de Añelo en la Patagonia.

“Fue como recibir una trompada en medio de la cara, de la cual todavía estamos tratando de recuperarnos” nos confiesa el intendente de Añelo. Su pequeño y aislado pueblo en medio de la estepa de la Patagonia hace ingentes esfuerzos por sobrellevar el enorme peso que soporta por las expectativas que despertó la formación de shale en la zona cercana de Vaca Muerta, una de las reservas energéticas subdesarrolladas más grande del mundo.

Los argentinos han bajado hasta Añelo con las esperanzas de beneficiarse de la inversión de U$S 200 billones que los directivos oficiales dicen que Vaca Muerta necesitará durante los próximos diez años como inversión para poder lograr la meta de producción auto-suficiente de energía. Su población se ha duplicado, contando ahora con unos 6.000 habitantes desde que se firmó el acuerdo con Chevron en 2013, y tiene actualmente tantos trabajadores como los que hay en los campamentos de shale a apenas unos minutos de distancia en automóvil.

A medida que se viene hundiendo el precio del petróleo, las esperanzas de tener inversiones -tan deseadas- para Vaca Muerta están actualmente frenadas. Sin embargo, a nivel del clima nacional de negocios en la Argentina está de algún modo comenzando a mejorar ya que los inversores empiezan a festejar la posibilidad de que llegue una administración más pro-mercado cuando el gobierno populista de la Presidente Cristina Fernández sea reemplazado después de las elecciones de octubre próximo.

“Ya se está notando un mayor interés de parte de inversores por el cambio político que se viene” nos dijo Federico Tomasevich, el CEO de Puente, que es el mayor banco inversor de la Argentina, y que ha abierto muy recientemente una sucursal en Londres para capitalizar el renovado interés por la Argentina, tras una sequía de inversiones que viene registrándose desde el default de 2001.

Los economistas del Banco of America-Merrill Lynch también dicen que Argentina llegó a la esquina y pegó la vuelta. Junto a México, es el único país de América Latina donde las inversiones están creciendo. El banco calcula que la inversión en la Argentina podrá crecer en alrededor de tres puntos porcentuales por sobre el producto bruto interno durante los próximos cinco años, aunque necesitará que la nueva administración “implemente un rebalanceo macroeconómico muy peligroso, con grandes riesgos para su ejecución”.

Incuestionablemente, la joya de la corona para los inversores es Vaca Muerta, ya que ahí se sabe que hay la segunda mayor reserva de shale gas del mundo después de la de China, y la cuarta mayor reserva de shale gas. Este descubrimiento ha gavillado las enormes esperanzas de que Argentina será el próximo gran jugador del campeonato de shale, emulando así el gran éxito logrado al respecto por los EEUU en su propio yacimiento ya en producción.

Aldo Guerrero, gerente de equipos de YPF y Chevron en el Loma Campana, que antes trabajó en el campamento de Eagle Ford en Texas, que es el corazón del “boom” productivo de shale de los EEUU, augura que la formación de shale detectada en Vaca Muerta tiene un brillante futuro (Vaca Muerta en inglés significa Dead Cow, por la forma que detenta la zona en el mapa del sitio).

Al decir del Sr. Guerrero, que es un tejano de origen mexicano, “Este proyecto bien podría resultar ser mejor que el de Texas”, elevando su voz por encima del ruidoso accionar de la maquinaria que está perforando a más de 4.000 metros de profundidad en la desolada semidesértica Patagonia.

Este futuro esperanzador ha puesto a Añelo en una carrera moderna comparable a los días de la famosa “fiebre del oro” de antaño. El cálculo que hace el Sr. Díaz en cuanto a que Añelo ofrezca un crecimiento poblacional de hasta 50.000 habitantes en las próximas dos décadas, hace que este pueblo esté ahora en la lista para recibir la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo para su programa de ayuda a las ciudades merecedoras de ayuda.

No obstante, los pobladores locales se quejan que los billones de dólares que fluyen para Vaca Muerta todavía no llegan a Añelo. A pesar de todo se puede ver la existencia de un muy iluminado casino ubicado a lo largo de la calle principal del pueblo, pero los servicios de salud y educación siguen siendo inadecuados, mientras que la policía tiene su sede de operaciones dentro de las oficinas de Skanska, que es la empresa sueca de construcciones.

El principal jefe del grupo local de indios Mapuche, Albino Campo, que protesta porque dice que el fracking está contaminando las tierras de pastoreo que ellos han usado durante muchísimas generaciones hasta que les fueron “usurpadas” por las compañías petroleras, lo único que traerá a Vaca Muerta serán: las drogas, los ladrones y la prostitución.

Tal como sostiene Alejandro Rebossio, coautor del libro Vaca Muerta, recientes editado, existen varios antecedentes en la Argentina que son muy poco alentadores al respecto. Es así que hace mención de un pueblo muy cercano, llamado Rincón de los Sauces, que creció a casi 20.000 habitantes desde su fundación después que se descubrió en 1968 uno de los campos petrolíferos convencionales más grande de la Argentina. En su máximo esplendor, dicho pueblo produjo casi la mitad de toda la producción nacional hidrocarburífera del país.

Y termina declarando que “ Hay allí muy poco progreso. Y existen en ese pueblo más casinos que escuelas, y obviamente más prostíbulos que casinos. ¡Es un pueblo decadente!”

* Traducción de Irene Stancanelli para el Informador Público

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