Por Germán Gorraiz López.-

Donald Trump, candidato en principio totalmente refractario a la disciplina de partido y devenido en la “bestia negra” del establishment acabó finalmente siendo elegido Presidente de EEUU y su sorpresivo triunfo marcó junto con el Brexit el finiquito del “escenario teleológico” en el que la finalidad de los procesos creativos eran planeadas por modelos finitos en los que primaba la intención, el propósito y la previsión y su sustitución por el “escenario teleonómico”, marcado por dosis extremas de volatilidad que afectarán de manera especial al Nuevo Orden Geopolítico Mundial.

Donald Trump denunció la “excesiva cantidad de armamento que circula actualmente en el mundo” lo que supondría la asunción de la Doctrina del Aislacionismo de EEUU en el plano militar y la entronización del G-3 (EEUU, Rusia y China) como “primus inter pares” en la gobernanza mundial quedando de paso la UE, Japón, India y Brasil como convidados de piedra en el nuevo escenario geopolítico. Ello sería un misil en la línea de flotación de los intereses geopolíticos del conocido como “Club de las Islas” con activos cercanos a los 10 trillones € y cuya cabeza visible según el espía ruso Daniel Estulin, sería el financiero y experto diseñador de “revoluciones de colores”, George Soros y que tiene perfilada la implementación del Nuevo Orden Mundial (NWO) que implicaría la recuperación del papel de EEUU como gendarme mundial siguiendo la Doctrina Brzezinski.

Zbigniew Brzezinski, autor del libro “El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos” (1997),considerada la Biblia geoestratégica de la Casa Blanca así como el libro de cabecera de las sucesivas generaciones de geoestrategas y politólogos, habría levantado acta del inicio del declive del Imperio USA, al afirmar que “es cierto que nuestra posición dominante en la política internacional no es la misma que hace 20 años, pues desde 1991 Estados Unidos, en su estatus de potencia mundial, no ha ganado ni una sola guerra”.

Asimismo, en un artículo publicado en la revista Foreign Affaire (1970), expone su visión del “Nuevo Orden Mundial” al afirmar que “se hace necesaria una visión nueva y más audaz con la creación de una comunidad de países desarrollados que puedan tratar de manera eficaz los amplios problemas de la humanidad”, esbozos de una teoría que perfilará en su libro “Entre dos edades: El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica”(1971), donde explica que “ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos”, doctrina que implicaría el sometimiento de Rusia y China y que incluiría la posibilidad de un ataque nuclear preventivo por parte de EEUU utilizando misiles Trident II contra objetivos vitales rusos y chinos en el supuesto de declararse la Tercera Guerra Mundial.

¿Es inevitable el triunfo de Donald Trump en el 2024?

La teoría conspirativa del Gran Reemplazo se remonta a la novela de 1973 “Le camps des Saints” de Jean Raspall donde se describe el “colapso de la cultura occidental a causa de un tsunami migratorio procedente del Tercer Mundo”. Dicha teoría habría sido adoptada como propia por el movimiento supremacista blanco que denuncia que “la política de inmigración de Joe Biden busca sustituir a la población blanca por inmigrantes no blancos con el objetivo inequívoco de finiquitar la primacía blanca de EEUU (White Power)”. Los portavoces de dicha teoría serían el presentador de la Fox News, Tucker Carlson quien bautizó a la política migratoria de Biden como “The Great Replacement” (el Gran Reemplazo), así como el congresista republicano Brian Babin quien afirmó que “los demócratas están aprovechando la inmigración para reemplazar al electorado estadounidense por un electorado del tercer mundo”, por lo que 40 Estados republicanos estarían planeando proponer iniciativas legales para suprimir o limitar el voto de minorías étnicas, raciales y religiosas limitando el voto por ausencia y prohibiendo el voto por correo.

Tras ser defenestrado Trump de las principales redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram y Youtube, acaba de anunciar el lanzamiento de “Truth Social”, nueva red social nacida “para combatir a las grandes tecnológicas”, llamado a ser el altavoz mediático del ideario trumpista con vistas a las Elecciones Presidenciales del 2024 y que sería el primer producto de su empresa Trump Media Technology Group (TMTG). La estrategia electoral de Trump se basará en la técnica de la manipulación de las masas expuesta por Edward L. Bernays en su libro “Cristalizando la opinión pública”, en el que desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento para lo que utilizará los puntos esenciales del ideario populista: mensajes cortos y xenófobos en las redes sociales, culto al líder y utilización de las fake news para sumir a la población en la duda existencial.

Caso de producirse la victoria de Trump en el 2024, ello marcará un hito histórico pues representará el comienzo de una forma de Gobierno orwelliano que beberá de las fuentes del paternalismo de las dictaduras blandas y se caracterizará por el culto al líder, la utilización de la desinformación y la vigilancia orwelliana de la población no blanca y de la disidencia política, lo que de facto sería un Gobierno autocrático o especie de dictadura invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder).

¿Se está gestando un complot contra Donald Trump?

El agravamiento de la pandemia sanitaria motivada por la existencia de importantes segmentos de población sin vacunar y la herencia trumpiana, estaría agudizando la fractura social estadounidense que estaría ya conformada por 2 mitades cuasi simétricas e irreconciliables y de lo que sería paradigma el Estado de Texas, devenido en altavoz del White Power. Dado el desgaste de Biden tras el fiasco de Afganistán y la posible entrada en recesión de la economía, no sería descartable el triunfo republicano en las elecciones intermedias del 2022 que anticiparían un retorno triunfal de Trump en las Presidenciales del 2024 y de lo que sería paradigma el reciente triunfo republicano en el Estado de Virginia.

En consecuencia, tras los fallidos intentos de impeachment contra Trump por el Rusiagate y por el asalto al Capitolio y ante la evidente falta de punch de los líderes demócratas, se estaría gestando un complot contra Trump para evitar su posible reelección en las Presidenciales del 2024. Dicha trama habría sido diseñada por la llamada Alianza Democracia (DA), megaorganización fundada por George Soros en el 2005 y constaría de una primera fase basada en la utilización de la mass media de EEUU para sembrar la duda en el electorado trumpista al señalar la hipocresía de Trump tras ser vacunado de su tercera dosis así como inocular en la sociedad civil norteamericana las bondades del repliegue de las fuerzas que EEUU tiene diseminadas por todo el mundo y destinar su costo a inversiones en Educación, Sanidad e Infraestructuras Vitales, para lo que será vital el papel del Instituto Quincy, think tank patrocinado por los multimillonarios George Soros y Charles Koch.

Caso de fallar la primera fase, Soros procederá a la gestación de una trama endógena para impedir la reelección de Trump en las Presidenciales del 2024 mediante métodos expeditivos (léase Magnicidio), complot que será una auténtica obra de ingeniería laberíntica y cuyo brazo ejecutor será la Homeland Security. La HS sería una macroagencia integrada por los “big live” (la DIA, la CIA, la NSA, la NGA y la NRO) que integrarían la llamada Cuarta Rama del Gobierno según Tom Engelhardt), agentes patógenos de naturaleza totalitaria y devenidos en Estado paralelo y verdadero poder en la sombra que estaría fagocitado por el “Club de las Islas” de George Soros, tras lo cual asistiremos a escenarios de enfrentamiento civil que culminarán con la implementación de un Gobierno cívico militar teledirigido por el verdadero Poder en la Sombra de EEUU (Cuarta Rama del Gobierno).

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