Por Germán Gorraiz López.-

Según datos del portal inmobiliario Idealista, la vivienda en la Comunidad madrileña se habría encarecido un 5.6% debido a la falta de nuevas construcciones y a la alta demanda. Así, en 2023, el número de nuevas viviendas construidas en Madrid fue de una 6.000, insuficiente a todas luces para satisfacer una demanda anual estimada en 15.000 unidades.

Respecto a la vivienda de alquiler, la proliferación de los pisos turísticos ha provocado una escasez alarmante de oferta de vivienda así como una escalada brutal del precio de los alquileres. Ello condenará al 50% de las familias demandantes de nueva vivienda a vivir fuera del área metropolitana, en otros pueblos de la Comunidad o en provincias limítrofes así como verse obligados en muchos casos a vivir hacinados en inmundas viviendas de la capital madrileña.

Como respuesta a la alarmante escasez de oferta de vivienda poblacional, asistimos a una masiva manifestación por las calles madrileñas atendiendo a la convocatoria del Sindicato de Inquilinas y de otros 39 colectivos por la vivienda, movimiento trasversal de denuncia de la vergonzosa situación de la vivienda y que por efecto mimético se extenderá a todos los rincones de la Península.

Ello podría ser el germen de un nuevo 15-M que enarbolará la bandera del desencanto de una población hastiada por la corrupción imperante en el Bipartidismo PPSOE así como por la ausencia de medidas de choque para solucionar los problemas básicos de una ciudadanía que contempla atónica la proximidad de la pobreza y la desigualdad social.

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