Este lunes, cerca de 150 líderes mundiales, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, China, Rusia y Brasil, participarán en la inauguración oficial de la Conferencia sobre el clima (COP21), que buscará durante casi dos semanas llegar a un acuerdo mundial para reducir las emisiones de carbono que provocan el sobrecalentamiento del planeta.

En este marco, y a dos semanas de la ola de atentados perpetrada por el grupo extremista Estado Islámico y que generó pánico en Francia y terminó con la vida de más de 130 personas, el gobierno parisino se prepara para estar alerta y defender la ciudad.

Por eso, para evitar la producción de explosivos, el prefecto de París prohibió la venta de combustibles domésticos durante las semanas que dura la conferencia. Tampoco podrán adquirirse fuegos artificiales.

Desde el sábado a medianoche, es imposible encontrar en las tiendas de París encendedores o alcohol porque el prefecto de París, Michel Cadot, firmó el pasado 19 de noviembre una orden que prohíbe la venta de «combustibles domésticos, gas inflamable y productos derivados del petróleo».

Para justificar esta medida excepcional, la prefectura dijo: «Francia será la sede de más de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno y se espera que muchos grupos y facciones pertenecientes a movimientos radicales y violentos protesten en París, como es habitual en las cumbres internacionales».

El decreto también menciona los ataques que tuvieron lugar en París en la noche del 13 de noviembre, cuyo «extrema gravedad que ha llevado al gobierno a declarar el estado de emergencia» como un factor que pesó en la decisión, de acuerdo a lo publicado por el diario Le Figaro. (Hoy)

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