Por Guillermo Cherashny.-

Finalmente la cumbre del G20 logró emitir un documento conciliador que no es necesario detallar pero, como la alternativa era un desplante de Trump, el saldo es muy positivo para el presidente Macri, que aprovechó la oportunidad para exagerar los resultados de la cumbre. Es que el primer mandatario estaba muy golpeado por los incidentes de River-Boca que no se pudieron controlar por deficiencias de la seguridad y la Conmebol trasladó la final a Madrid. Entonces la poco numerosa y pacífica marcha de los troskos significó un triunfo para Patricia Bullrich, que destacó la coordinación con el flamante ministro de seguridad porteño Diego Santilli. A esto hay que agregarle el espectáculo en el teatro Colón, que les gustó a las personalidades extranjeras, que aplaudieron mucho, aunque a los fanáticos de la ópera en nuestro país les pareció una afrenta.

Como dijimos, el presidente estaba exultante por el «éxito» de la cumbre y por su realización en la Capital Federal. Para los diarios de Estados Unidos, Reino Unido y Europa, lo más importante fue, sin duda, la cumbre de Trump con Xi Jinping, que hace doce meses no se veían después que Trump les declarara la guerra comercial a los chinos.

Otra portada de los diarios más importantes del mundo fue el saludo de Putin con el príncipe saudí y los disturbios en París de los chalecos amarillos, que sucedían contemporáneamente a la finalización del G20. Macron, que se mostró descontracturado por la librería El Ateneo en la calle Santa Fe y Callao, no lució igual cuando se refirió a los incidentes y fue terminante en no hablar de asuntos internos fuera del país en su conferencia de prensa.

En conclusión, la cumbre de G20 serviría para que Cambiemos y sus fanáticos recuperen la sonrisa mientras los desaciertos económicos siguen, pero para ellos siguen esperanzados con una recuperación para el segundo trimestre del 2019 y vivieron la emoción de Macri en el Colón como el inicio de la campaña para la reelección.

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