Por Carlos Tórtora.-

En medio de un sostenido repunte local del dólar blue, que ayer trepó 30 centavos para llegar a $ 13,35, ayer en algunos círculos de la Citi recrudecieron las versiones sobre el inicio de reacciones por parte de importantes fondos de inversión, cuyos consultores estarían convencidos de las consecuencias económicas negativas de la designación de Carlos Zannini como compañero de fórmula de Daniel Scioli y del avance de La Cámpora sobre el control del Estado nacional. En este marco, se descarta la expectativa positiva que existía acerca de que Scioli podría reabrir rápidamente la negociación de la deuda con los holdouts por la sentencia del juez Thomas Griesa que obliga a la Argentina a pagar U$S 1330 millones a los fondos NML y Aurelius entre otros. El 4 de junio pasado, Griesa dio la primera señal de que abandonaba su actitud inmóvil de los últimos meses: aceptó el pedido de medio millar de acreedores que reclaman igualdad de trato en el pago de la deuda, lo que podría representarle a la Argentina obligaciones por unos 5.400 millones de dólares. El juez sostuvo que la Argentina deberá desembolsar ese monto en cumplimiento del criterio de «me too» (yo también) que obliga a un tratamiento en igualdad de condiciones a los acreedores que se sumen a la demanda y así lo reclamen.

En este contexto, el rumbo de continuidad y profundización del modelo que estaría a punto de tomar la Argentina prácticamente hace ilusoria la expectativa de que el país normalice sus relaciones económicas externas, reciba inversiones y disminuya el riesgo país. Si estos cambios -ahora cada vez más lejanos- se concretaran, volvería a ser un buen negocio comprar acciones de empresas argentinas exportadoras o comprar BODEN 2024, que rinden una tasa que es el doble o el triple que la que pagan Perú, Colombia o Chile. Pero la adhesión incondicional de Scioli al cristinismo aventó estas esperanzas y los operadores externos están ensayando por estos días una ingeniería financiera para desarmar sus operaciones, con el menor costo posible.

La idea que ya se instaló en el exterior es que, con un triunfo del cristinismo en las elecciones, Argentina va a acentuar su política chavista. Así es que en los últimos días varias empresas de USA les han ordenado a sus filiales que remesen todos los dólares que puedan. Si bien hay controles, el Gobierno no puede controlar las transacciones vía “dólar cable”.

Las reacciones tardan pero llegan

Con respecto a las decisiones del gobierno de Barack Obama que pueden afectar a la Argentina, hay un factor estratégico que estaría demorando cualquier iniciativa. El Departamento de Estado tiene como prioridad excluyente el acuerdo con Irán y por esta razón, hasta que éste no se concluya, no tomaría ninguna medida importante en relación a la política latinoamericana. El acuerdo entre EEUU e Irán tomó forma el 1 de abril pasado en Lausana y contempla el levantamiento de las sanciones económicas impuestas a la República Islámica tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea. El pacto, cuyos detalles técnicos y legales se negociarán hasta el 30 de este mes, prevé que la planta de enriquecimiento de Natanz sea la única en Irán, mientras que la instalación subterránea de Fordo será convertida en un centro científico civil.

Mientras este proceso concluye, el Departamento de Estado estaría monitoreando intensamente algunas cuestiones sensibles que comprometerían al gobierno de CFK (incluyendo la posible venta a Irán del combustible usado en las centrales nucleares locales). Pero la orden es no tomar ninguna medida hasta que no se firme ese acuerdo.

En el tablero judicial, que es el más delicado por sus posibles repercusiones en el mercado cambiario local, no sólo es inusual sino insólito que Griesa -habiendo quedado firme la sentencia contra el gobierno nacional hace un año-, todavía le siga diciendo a la Argentina “negocien”, cuando públicamente Axel Kicillof le aclara a todo el mundo que no va a negociar nada y la presidente se ufana por cadena nacional de haber ignorado a la justicia de los EEUU. También es altamente significativo que el juez de Nevada Cam Ferenbach siga demorando el pedido de captura internacional de Báez, Elaskar y Fariña, teniendo las pruebas de que las 123 empresas radicadas en Nevada, propiedad del constructor socio de la presidente, lavaban dinero de la corrupción en la Argentina (La ley RICO pena con cárcel de hasta 20 años a quien lave dinero en USA aunque el dinero provenga de corrupción en terceros países).

En síntesis, hay motivos para suponer que luego de firmarse el acuerdo USA-Irán vendrán las malas noticias del exterior. De hecho algunas ya empezaron, porque el FIFA-GATE puesto en marcha por la nueva Procuradora General Loretta Lynch impacta profundamente no sólo en la AFA sino en el sistema de corrupción montado entre ésta y la cúpula cristinista.

Así es que en materia de medidas judiciales podría formalizarse, para empezar, la declaración del “contempt”, o que la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York confirme la sentencia de que el BCRA es “alter ego” del Estado. Esta decisión judicial daría sustento a un embargo sobre las reservas argentinas en el Banco de Basilea, u otros “golpes” que pueden provocar una corrida bancaria y cambiaria en el país.

Todas estas posibilidades no sólo las toman en cuenta las empresas extranjeras radicadas en el país sino los acreedores de la deuda externa y los fondos de inversión que se adelantaron a tomar posiciones en activos argentinos. Los capitales internacionales son reacios a aceptar pérdidas grandes y si, a medida que se acerque octubre, perciben que el Frente para la Victoria puede ganar fácilmente las elecciones, harían un movimiento especulativo para salir de sus posiciones en activos locales con el menor costo posible. La fecha clave para que se empiecen a tomar este tipo de decisiones es el 9 de agosto, día de las PASO nacionales, cuando el kirchnerismo pretende superar la barrera del 40% e instalar la campaña mediática del “ya ganamos”, con vistas a liquidar la disputa ganando con el 45% en la primera vuelta del 25 de octubre. Si las reacciones externas se producen entonces en cadena, podrían disparar al ya inquieto blue.

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