Por Hernán Andrés Kruse.-

El viernes 24 se cumplió el primer aniversario de la orden dada por Vladimir Putin a sus tropas para que procedieran a invadir Ucrania. Confieso que al enterarme de la trágica noticia supuse que Ucrania caería en muy poco tiempo, dada la evidente superioridad militar de Rusia. Sin embargo, con el correr de las semanas se fueron haciendo evidentes las enormes dificultades del ejército invasor para someter a los ucranianos. Emergió en toda su magnitud el grosero error de cálculo del propio Putin y de la élite militar que lo rodea cuando tomaron una decisión de impredecibles consecuencias.

Ha pasado un año y el ejército ruso no ha hecho más que estrellarse contra el ejército ucraniano y la voluntad de hierro del pueblo. Han tenido lugar encarnizados combates en varias ciudades provocando innumerables pérdidas humanas. Muchas de esas ciudades están en ruinas. Se cuentan por millones los ucranianos que abandonaron el país pero muchos decidieron quedarse para resistir la invasión del enemigo. Cabe reconocer que el estoicismo de los ucranianos es admirable. Están dispuestos a morir de pie con tal de vencer a Rusia.

Lo que acontece en Ucrania le está dando la razón, una vez más, al gran Juan Bautista Alberdi quien tituló uno de sus libros más preclaros “El crimen de la guerra”. En efecto, la guerra es un crimen en masa ordenado por un megalómano y ejecutado por miles y miles de siervos con uniforme militar. Porque eso son los soldados rusos. Son autómatas que obedecen sin chistar las órdenes del verdugo. Es la obediencia debida en su máxima pureza. La historia ha brindado miles de ejemplos. Es bueno recordar aquel gran film “Troya” donde queda dramáticamente en evidencia la megalomanía de un rey griego y la domesticación de 50 mil soldados que asaltaron aquella mítica ciudad. Esa invasión ocurrió hace miles de años y hoy, en pleno siglo XXI, se repite la historia. Vladimir Putin es el Agamenón contemporáneo y los soldados ucranianos son los troyanos reencarnados.

Diferentes épocas, diferentes actores, pero el mismo deseo enfermizo de poder, de dominar a su vecino, de conquistarlo, de subyugarlo. Pero hay que respetar la honestidad intelectual. Putin es un tirano impiadoso que es responsable de innumerables crímenes de guerra cometidos por sus tropas en suelo ucraniano. Pero no es el único malo de esta película. Hay otros malos, como Joe Biden, que es presidente de una mega potencia que a lo largo de la historia ha cometido innumerables crímenes de guerra a lo largo y ancho del planeta. Recordemos la invasión a Vietnam y la invasión a Irak, ejemplos dantescos de violación de los derechos humanos. En este sentido, es legítimo poner en un pie de igualdad al tenebroso Putin con los tenebrosos Richard Nixon y George W. Bush.

Hoy la república imperial se presenta como el garante de la libertad y la democracia. “Putin es un monstruo”, acaba de afirmar Biden en Polonia. Lo es, qué duda cabe. ¿Pero no lo fueron también los presidentes norteamericanos mencionados precedentemente? Por supuesto que lo fueron. Sin embargo, Biden se cuida de no mencionarlos. Su doble moral es sencillamente repulsiva.

A continuación paso a transcribir un reportaje que el periodista de Infobae, Laureano Pérez Izquierdo, le hizo al embajador norteamericano en Buenos Aires, Marc Stanley, quien explica la postura de su país respecto a la guerra en Ucrania.

“- Ha pasado un año desde que Rusia invadió Ucrania: ¿cuál cree que es la principal lección que deja esta tragedia?

  • Muy simple: les haces frente a los matones. Si Putin hubiera tenido éxito, sabemos que no se habría detenido en Ucrania: hubiera avanzado hacia Moldavia y otros países. Pero la resiliencia de los ucranianos y la comunidad internacional, unidos contra este acto… Una agresión no provocada, que violó las fronteras soberanas y la integridad territorial y fue inexcusable. La lección es que les haces frente a los matones y das pelea y no permites que te quiten nada.
  • Usted menciona la resiliencia, pero la ayuda de los Estados Unidos ha sido un factor clave durante todo este año. ¿Cree que Vladimir Putin subestimó o no contó con la determinación del presidente Joe Biden?
  • Quisiera dejar en claro algunas cosas. En primer lugar, los Estados Unidos han sido de gran ayuda al brindar asistencia, pero no lo han hecho sólo los Estados Unidos, lo ha hecho la comunidad internacional. Creo que Putin claramente subestimó la determinación de la comunidad internacional de unirse y oponerse a la agresión no provocada, a los crímenes de guerra que estamos viendo. Ucrania no podría haber hecho esto sin los Estados Unidos, sin Polonia, sin Francia, sin Alemania, sin Japón, sin Israel, sin los países de todo el mundo, países con conciencia que les hicieron frente a los matones.
  • Como usted mencionó, Ucrania ha sorprendido al mundo al mostrar su determinación y su coraje a lo largo de este año. ¿Cuál es su pronóstico para los próximos meses?
  • No soy muy bueno para predecir… Pero sí quiero volver a enfatizar que Putin pensó que esto iba a ser un ejercicio de tres días y se apoderaría de Ucrania. Creo que no se acordó de las abuelas, las madres y los padres en Ucrania, y que subestimó a Zelensky y su liderazgo. Todos ellos han sido totalmente extraordinarios. Pero es sentido común, simplemente: uno va a defender su hogar. Ustedes lo harían en Argentina, nosotros lo haríamos en los Estados Unidos. No sé qué estaba pensando Putin. Es su país, desde luego que lo va a defender.
  • Las tropas de Rusia han cometido todo tipo de atrocidades a lo largo de este año de invasión. ¿Es posible imaginar a Vladimir Putin frente a un tribunal internacional por los crímenes de guerra?
  • Tengo confianza en que tendrá que rendir cuentas por sus crímenes. Y quiero responderle: creo que ni usted ni yo conocemos la profundidad de los crímenes de guerra que se han cometido. Todavía los seguimos descubriendo a diario. Y son totalmente repugnantes. Pero incluso más allá de eso, sabemos que los objetivos no han sido los militares ucranianos, sus instalaciones y su personal, sino el pueblo ucraniano. Ataca sus provisiones de comida, su energía; ha atacado escuelas, hospitales, edificios de apartamentos; ha matado civiles, niños, niños de uno, dos, tres años. Es completamente espantoso. Hay fosas comunes, hay torturas, hay crímenes de guerra incalificables, y no sabemos cuántos. Nuestra vicepresidenta, Kamala Harris, habló sobre esto la semana pasada en la conferencia de Munich, Joe Biden habló sobre esto, Zelensky habló sobre esto. Pero ahora no es el momento de responsabilizar. Pero ahora, hoy, no es el momento de rendir cuentas: hoy es el momento en que Putin tiene que parar y retirarse. Luego podremos hablar de rendición de cuentas.
  • Rusia y China se han acercado en el último año y la reciente visita de Wang Yi a Moscú es importante y ratifica esta alianza. ¿Cree usted que China obstaculiza los esfuerzos para encontrar una solución pacífica?
  • Eso es más de lo que puedo saber. Leo lo mismo que usted, sobre la cercanía, pero también leo que China ha sido crítica de los crímenes de guerra, del desequilibrio injusto del ataque bravucón contra Ucrania. Y sobre la óptica del resto del mundo, creo que China ha comentado cuán incómodos se sienten todos con lo que sucede. Ciertamente espero que China no agrave la situación sumando armas para dañar a Ucrania. Porque este no es un ataque a Rusia: este es un ataque de Rusia a Ucrania, y no comprendo por qué China querría dañar al pueblo ucraniano. Eso me resultaría muy penoso.
  • ¿Pero cree usted que es posible que China provea a Rusia de armas?
  • Leo lo mismo que usted en los periódicos, pero no tengo idea. Ciertamente espero que no. Intento imaginar por qué querrían matar mujeres y niños ucranianos, abuelas y abuelos ucranianos. No entiendo por qué eso sería de interés para China. No lo sé.
  • Algunos países latinoamericanos han mostrado una posición dudosa ante el conflicto. ¿Qué opina de eso?
  • No sé si duda… No leo Pravda pero he visto de países como Argentina que de manera casi uniforme condenan a Rusia por esta invasión injustificable. Es interesante porque Argentina presidía el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas en el momento de la invasión, y Argentina mostró un gran liderazgo en el CDH al condenar a Rusia, y también en la ONU, no sólo al votar a favor de resoluciones presentadas por otros sino que Argentina incluso co-presentó resoluciones. Y nosotros nos asociamos con Argentina. Argentina también votó de este modo en la Organización de los Estados Americanos. Si bien hay facciones en todos los países -incluso en el mío- que dicen que les encantaría que esto terminarse pronto, y a nosotros también, nos encantaría ver irse a Putin, no diría que los argentinos no apoyan a Ucrania, creo que lo hacen.
  • No me refiero a Argentina solamente. Me refiero a Brasil, México o Venezuela, donde la influencia de Moscú y Beijing es más visible.
  • Por suerte soy el embajador de Argentina. Lo que hacen Venezuela, Cuba y Nicaragua… podemos analizarlo de otras maneras. Pero creo que los países con conciencia, no sólo en América Latina sino también en Europa, en Asia, en todo el mundo, dan un paso adelante para decir “Rusia, vete a tu casa. Lo que estás haciendo está mal”.
  • ¿Qué recomendaciones les daría a los países que eligen a Rusia como socio en este momento, o antes?
  • ¿Cómo elegimos a los amigos? En nuestra vida personal, ¿tenemos amigos que destrozan la casa de nuestro vecino? ¿Tenemos amigos que encierran a la gente y la torturan? ¿Tenemos amigos que matan? ¿O tenemos amigos que respetan los derechos humanos? También los países eligen a sus amigos y sus relaciones. En los Estados Unidos preferimos a los países que valoran los derechos humanos y la democracia, y respetan la integridad soberana y las fronteras territoriales. Llega un momento en que todos los países deben mirarse y decirse de quiénes son amigos, quiénes quieren ser en este mundo. ¿Quieren estar del lado del matón que está destrozando el mundo o quieren estar con las democracias pacíficas y amables?
  • Imagino que habla con el gobierno de Fernández sobre la invasión. ¿Esperaba usted una posición más dura de Argentina, o la que tiene es suficiente?
  • Quiero decir que no importa con quién hable, en el liderazgo o en la oposición, todo el mundo me dice que se siente orgulloso de que Argentina le haya hecho frente a Rusia y haya apoyado a Ucrania. Espero que eso continúe en mi país, que conozco bien, y espero que continúe en el suyo.
  • Últimamente América Latina le ha abierto las puertas a Rusia en temas como energía, la pandemia, minería, asistencia militar. ¿Qué consecuencias podría tener eso y cuál sería una forma políticamente práctica de cerrar esas puertas?
  • Creo que hay un antes y un después. Si hablamos de antes de la invasión, había mayores relaciones. Recuerdo que hay un consejo de negocios de Rusia aquí, en Argentina para hablar de inversiones. Pero desde la invasión ha estado bastante quieto. Sputnik no fue algo que celebrar, por cierto: fue una vacuna que no resultó muy efectiva y no se distribuyó a tiempo y en general no fue una gran ayuda en América Latina. Pero yo discreparía en que América Latina le está abriendo las puertas a Rusia. No lo veo. Espero que no suceda. Pienso que la gente que complace a los matones no siempre recibe respeto. Si mi país complaciera a un matón, creo que no nos podríamos respetar a nosotros mismos. No puedo decirle a Argentina qué es lo que tiene que hacer, ni a Brasil, ni a otro país. Pero si hablamos de América Latina, no veo que le abra las puertas a Rusia.
  • Lo último: ¿qué lugar cree que la historia le reservará a Vladimir Putin?
  • Creo que va a estar en los libros de historia con Idi Amin, Adolf Hitler y otros tiranos que han asesinado gente y han cometido crímenes de guerra. Y que han mentido. Simplemente mentido. El otro día le mintió al mundo diciendo que estaba defendiendo a Rusia, ayudando a Ucrania a liberarse de los nazis y defendiendo a Rusia de las agresiones de Ucrania y la OTAN. Y sin embargo nada sucede en Rusia: fue al otro lado de la frontera a defender a su país. Es disparatado. Nadie le cree lo que dice. Creo que deberá rendir cuentas de sus crímenes y que no ocupará un buen lugar en la historia. Ciertamente no como otra gente como (Mijail) Gorbachev y otros líderes de ese país que hicieron un buen trabajo”.

Muy interesantes las reflexiones del embajador Stanley. Tilda a Putin de matón. Lo es, efectivamente. El problema es que recién ahora se percata de ello. Porque Putin siempre lo fue. Hace dos décadas que maneja su país con mano de hierro. Sin embargo, los sucesivos presidentes que estuvieron en la Casa Blanca durante ese período siempre lo trataron como si fuera un emblema de la democracia liberal. De golpe, casi como por arte de magia, Putin pasó a ser un indeseable. Resulta que antes era “un buen chico” y ahora dejó de serlo. Reitero: Putin siempre fue un mal chico pero ahora no tuvo mejor idea que invadir Ucrania. Con semejante decisión pateó el tablero internacional provocando un terremoto planetario que ha puesto muy nerviosa a la república imperial.

En otras palabras; Estados Unidos no está molesto con Putin por haber invadido Ucrania. Está molesto porque tomó la decisión de desafiar la hegemonía de EEUU a nivel global. Mientras Putin no sacaba los pies del plato era aceptado por la comunidad internacional, a pesar de que todos los líderes del mundo sabían perfectamente de sus permanentes violaciones a los derechos humanos contra el pueblo ruso. Pero cuando decidió sacar los pies del plato en un abrir y cerrar de ojos Putin pasó a ser un matón impresentable. La hipocresía reinante a nivel internacional es lisa y llanamente repugnante.

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