Por Kitty Sanders.-

Durante décadas la Unión Soviética llevó a cabo una política exterior agresiva y traumática para los países de su influencia, en particular, con su política de difusión y exportación del terrorismo, la creación de zonas de inestabilidad social y militar y la “eliminación” de los enemigos del régimen en el exterior.

En esta época la penetración en América Latina se llevó a cabo principalmente a través de la exportación de terrorismo y la creación y financiamiento (directo e indirecto a través de otros países-amigos) de los regímenes no democráticos, que provocan las crisis. Por ejemplo, apoyando la creación en todos modos, a los regímenes izquierdistas en Cuba, Nicaragua; las organizaciones terroristas ultra izquierdistas como FARC en Colombia, MIR en Chile, Sandinistas en Nicaragua, Montoneros en Argentina, MRTA en Perú. La ubicación de instalaciones militares, por ejemplo, los misiles en Cuba y el armamento de países-aliados. Podemos recordar el financiamiento y apoyo a la dictadura de ultra izquierda de Juan Velasco Alvarado en Perú, que tenía algo positivo, como la integración de los indígenas a la sociedad pero que a la vez, tenía un carácter muy cruel y varios características negativas como la censura total, la completa supresión de la oposición, las reformas económicos pro-estatales, los ataques y amenazas a los países vecinos, que se vieran obligados a escapar del país decenas de miles de personas, lo que condujo a una grave crisis económica y su derrocamiento por sus propios compañeros.

Podemos recordar el “trabajo soviético” con las personas “incorrectas” a través del asesinato constante en el extranjero de los “enemigos del régimen”, desde los emigrantes blancos (década del 20s del siglo XX) hasta las personas que escapaban del régimen (década del 80s del siglo XX).

Uno de los casos más famosos es el asesinado con veneno ricino del disidente búlgaro Georgi Markov en el año 1978, este caso es más conocido bajo el nombre de “paraguas búlgaro“, porque el mecanismo neumático de inyección fue camuflado como un paraguas, con dicho mecanismo oculto en la punta.

Contó la viuda de Markov:

Entonces me contó una historia extraordinaria: que lo habían pinchado con la punta de un paraguas.

En su tiempo esta historia provoco una histeria de masas, cuando las personas tenían miedo si alguien desconocido se acercaba con un paraguas. Incluso en 1980 sobre este hecho fue filmada la película “Le Coup du parapluie” (“El golpe del paraguas“) dirigida por el famoso Pierre Richard.

Con la caída de la Unión Soviética en el año 1991 todos pensaron que había llegado una nueva era, donde todo cambiaría. Pero esto fue realmente solo un periodo de la libertad durante 8 años en la presidencia de Boris Yeltsin. De hecho, toda esta nueva política interior y exterior de Rusia (sin comprar la “amistad” de otros países, sin ejercer influencia militar y financiera en países de América Latina) se mantuvo en los hombros del primer presidente democrático ruso, pero cuando Boris Yeltsin salió de la presidencia por su propia voluntad por razones de salud en el año 2000 y Vladimir Putin llego al poder, Rusia nuevamente cambió pasando a la vía no democrática con reminiscencias soviéticas.

Vladimir Putin sigue el curso tradicional soviético de la política exterior, con sus rasgos característicos: la difusión y exportación del terrorismo, el financiamiento de los regímenes de izquierda amigos en América Latina, la creación las zonas de inestabilidad social y militar y la “eliminación” de los enemigos del régimen en el exterior.

En la década de 2000-2010 el presidente ruso realizó una gira por varios países de América Latina para “perdonar” y hacer una reconstrucciónde las deudas en países como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Argentina; realizó nuevos acuerdos económicos y también sobre armamento (por ejemplo, el 80% de todas las compras de armas de Venezuela es con Rusia), abrió nuevos canales de propaganda rusa (por ejemplo, en Argentina bajo el acuerdo con Cristina Kirchner se abrió un canal de propaganda en español “Russia today”). Fijó nuevos objetivos estratégicos, por ejemplo, en Nicaragua está en construcción la base rusa “Sistema Global de Navegación por Satélite” (GNSS) desarrollado por la Unión Soviética, siendo hoy administrada por la Federación Rusa y que constituye el homólogo del GPS estadounidense y del Galileo europeo. Los periodistas preguntaron a una empleada de la agencia de telecomunicaciones de Nicaragua, ubicada en este territorio:

– ¿Pero puede ocurrir que este complejo sirva como base de inteligencia, desde la cual los rusos pueden espiar?

– No tengo idea. Son rusos, hablan ruso, usan equipos rusos.

También el régimen de Putin lamentablemente elude los compromisos y continúa con la política de colonización destructiva, como la ocupación de los territorios de otros países (como es el caso de “la anexión de Crimea“), creación de los Estados títeres truchos (como República Popular de Donetsk, República Popular de Lugansk, República de Osetia del Sur, República de Abjasia y etc. todos son Estados no reconocidos o con reconocimiento limitado) y continúa con la solución de los problemas con “los enemigos en el exterior del país”.

Un hecho muy interesante es que los ex miembros de la KGB señalan que la cantidad actual de miembros del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) se incrementó considerablemente a comparación de los que existían en la época soviética. Y si tomamos el Google Map y miramos el edificio de la sede del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) en Yásenevo (Moscú) y la sede de la Academia de Inteligencia Extranjera, la cantidad de edificios ha aumentado en varias veces. Por lo tanto, si bien Rusia territorialmente es más pequeña que la Unión Soviética, el número de estos edificios se ha incrementado, así la actividad de espionaje de Vladimir Putin es mayor que la que existía en la época soviética.

Los casos más conocidos bajo su régimen son:

– caso del “te con polonio” (cuando en el 2006 año fue envenenado un oficial fugitivo del servicio secreto ruso (KGB) y opositor del régimen de Putin, Aleksander Litvinenko, con una substancia radiactiva polonio-210 en Londres); Boris Berezovski con presidente Boris Yeltsin– caso del “suicidio” de Boris Berezovski en el año 2013 (era un gran empresario, político y opositor activo de régimen de Putin, tenia estatus de refugiado en Reino Unido);

– caso del “desfigurado con dioxina” (Viktor Yuschenko, ex presidente de Ucrania, el hombre que sobrevivió al veneno ruso. En el año 2004 cuando se encontraba en plena campaña para la Presidencia de Ucrania, que lo oponía al candidato favorito de Moscú, sufrió un envenenamiento de TCDD, la dioxina más tóxica, que le dejó el rostro desfigurado);

– caso de la “explosión en Qatar” (Zelimkhan Yandarbiyev, un escritor y político checheno, en 2004 a quien le explotó su auto en Qatar, donde viajaba junto con su hijo (quien recibió quemaduras graves) y dos guardias que murieron al mismo tiempo. Los autoridades de Qatar afirman que este crimen fue realizado los agentes de los servicios especiales rusos. Bajo la acusación de organizar esta acción, dos oficiales de los servicios especiales rusos fueron arrestados y sentenciados a cadena perpetua. El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Igor Ivanov reconoce que los detenidos trabajan en los servicios especiales, pero de ninguna manera están involucrados en el atentado de Yandarbiyev. Además, la declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dice que el arresto de los agentes rusos es una provocación. Obvio, Yandarbiyev era un terrorista, que en un tiempo encabezaba a los separatistas chechenos, pero la matanza en otro país con riesgo de matar a un niño inocente, a mi mirada, es inaceptable);

– caso de “Novichok”, en el año 2018 fue una ataque contra el doble agente Sergei Skripal en Londres envenenado por una sustancia toxica de arma química “Novichok” (creada y desarrollado en la Unión Soviética). Los autoridades de Gran Bretaña, Unión Europea y Estados Unidos sospechan de los servicios especiales de Rusia y respondieron al uso por parte de Rusia de armas químicas militares en el territorio del Reino Unido con las siguientes acciones: la Unión Europea retira su embajador de Rusia, Estados Unidos cierra el Consulado General de Rusia en Seattle y expulsa a 60 diplomáticos de Rusia; diplomáticos rusos también son expulsados de los gobiernos de Alemania, Polonia, la República Checa, Dinamarca, Francia, Letonia, Lituania y los Países Bajos. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que 14 países de la UE están expulsando diplomáticos rusos. Ucrania, que no es miembro de la UE, dijo que expulsaría a 13 diplomáticos rusos.

Todos estos escándalos fueron apoyados por la maquinaria de la propaganda rusa, que difundió a través de todos sus canales (TV, radio, prensa gráfica, páginas web) al mismo tiempo y en varios idiomas los clichés pre-preparados. Por ejemplo, que el intento de asesinato a Viktor Yuschenko y la explosión que sufriera Zelimkhan Yandarbiyev es “una provocación”, que Boris Berezovski fue “asesinado por los servicios de inteligencia de Inglaterra”; trataron de culpar a Aleksandr Litvinenko de todos los pecados mortales, incluido el hecho que Litvinenko “entró en el comercio ilegal de polonio”. Exactamente lo mismo está sucediendo ahora, he escuchado repetidas veces una “versión” similar sobre que el mismo Sergei Skripal “participó” en el mercado negro de “compras y ventas de toxinas” y que por eso “sufrió una intoxicación”.

También el gobierno ruso utiliza los viejos canales económicos de la Unión Soviética en América Latina, a través de los cuales como en el pasado, promueve sus intereses, influye en las elecciones presidenciales y promueve “sus partidos” (por ejemplo, ayuda indirecta a través de Cuba y Venezuela a las FARC para unirse a la vida política oficial en Colombia). ¿Cómo puede ser que los terroristas puedan oficialmente convertirse en un partido político para promover sus intereses? Me parece que próxima etapa será asignar una parte de los territorios para el Estado Islámico y reconocerlo oficialmente. No sé cuál idea es más absurda, si la “legalización política de los terroristas sin castigo” o “realizar el reconocimiento de una agrupación terrorista islamista como un Estado común”. Pero para el pensamiento de la izquierda global y multicultural pareciera que no existe ninguna dificultad en realizar ambas ideas bajo bonitos eslóganes: “ellos tienen su propia visión y un cultura distinta, pero única”.

En su política exterior, el régimen de Putin no olvida utilizar y desarrollar: el tráfico de armas y drogas. Podemos recordar el último caso, muy famoso de “12 cajas de coñac”, donde el misterioso señor K dice:

Tengo doce cajas de coñac y dos cajas grandes de cigarrillos. Necesito una pick-up o micro.

Esto es un caso del año 2018, donde se detectaron 400 kilos de cocaína en la embajada Rusa en Argentina (Buenos Aires). Esta forma de transportar cocaína desde Argentina a Rusia en maletas selladas como una valija diplomática según informe de “Kommersant” funciona desde año 2012.

Maxim Freidzon, es un empresario ruso, que no solo conocía a Vladimir Putin y sus amigos del inframundo criminal, sino que también había sobornado personalmente a Putin, que era un funcionario de la oficina del alcalde de San Petersburgo en ese momento, él dice:

Los diplomáticos soviéticos transportan los jeans y perfumes franceses, los rusos – traen cocaína

Este caso de cocaína consiguió mucha publicidad y las autoridades rusas tratan silenciar esta situación a cualquier modo. Por ejemplo, el embajador Victor Koronelli (quien, según la versión rusa, informó a su jefe, el ministro Lavrov, sobre las valijas con cocaína guardadas en la escuela de la embajada), será trasladado a México. Muy interesante que su hijo apareció en la causa penal por la venta de anfetaminas en Moscú en el año 2010. También fueron difundidas varias versiones de conspiración sobre este caso de cocaína en el territorio de la embajada rusa en Buenos Aires.

Con la llegada de Vladimir Putin, el tráfico de cocaína, o cualquier tráfico, fue completamente power-sharing (proceso de delegación por parte de los poderes estatales a algunas agrupaciones criminales). En contraste con la década de 90s, cuando los contrabandistas intentaron entregar droga a través de la frontera en la envoltura de productos, se convirtió en una industria completamente cubierta por el Estado.

Existen síntomas alarmantes, que Rusia se transforme en un Narco-estado. Por ejemplo, Maxim Freidzon caracteriza la situación en Rusia sobre el trafico de drogas como:

Esto es difícil llamar como un contrabando, es una política del Estado.

Varios argentinos dicen que en último tiempo Argentina entra en una nueva etapa de relaciones con Rusia. No me parece que sea bueno y que otorgue beneficios a los argentinos. La verdad, digo todo esto con mucha pena, porque Rusia es mi Patria y la amo, y si no hubiesen sucedido estas reformas negativas de la década 2000 bajo la presidencia de Vladimir Putin – no hubiese salido del país. Obvio, que me encanta América Latina y en cualquier caso no dejaré de seguir investigando.

Me parece que Putin y sus amigos ahora se sienten como los “lobos en la trampa” por circunstancias que ellos mismos generaron y está situación por otra parte afecta de mala manera a un muchísimas personas: como los propios rusos (opositores y personas común), ucranianos (guerra y anexión del territorio) y habitantes de otros países (creación y financiamiento los terroristas, etc.).

Los círculos gobernantes de América Latina, como los diplomáticos, políticos, militares, también y personas con influencia informativa en la sociedad, como los periodistas, debería entender que los acuerdos con Rusia y el establecimiento de una relación profunda, implicaría solamente convertir a estos países en una Cuba, Nicaragua, Venezuela o Argentina durante el régimen de Cristina Kirchner. El régimen de Kirchner (con su corrupción, censura, mentira sobre estadística, el cepo al dólar, asesinato del fiscal Nisman, etc.) es un régimen más blando y suave que fue apoyado por Rusia a la comparación de Venezuela. ¿Quieres repetirlo?

Las autoridades rusas actuales tratan de cualquier modo de retener su status quo de poder, a través de la destrucción y “bombeo de recursos” a otros países que están bajo su influencia. Esto es una colonización del siglo XXI, nueva versión de este proceso. A través de su vieja logística soviética, las vías diplomáticas y embajadas, los corruptos burócratas, los espías y redes del servicio de inteligencia, los terroristas y el tráfico de drogas, de hombres y mujeres y de armas, el régimen de Putin corrompe a nuestros países, conducen al poder a los vándalos totalitarios (como Maduro en Venezuela), legalizan los terroristas (como FARC en Colombia). Nosotros debemos parar esta influencia negativa en nuestros países, como cualquier virus o tumor en nuestro organismo para sobrevivir.

Si desean trabajar con países como Rusia o China que ya han creado muchos problemas en América Latina, deben preocuparse por un programa de seguridad nacional adecuada, resolver los problemas del ejército y la policía y desarrollar una estrategia nacional para todos los argentinos.

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