Por María Celsa Rodríguez.-

Una nueva forma de terrorismo está azotando al mundo. Casi simultáneamente se han producido enormes incendios forestales en Israel en la zona Haifa, en Chile y en la provincia de La Pampa en Argentina.

Según los especialistas, los incendios son provocados por astutos pirómanos que manejan muy bien la fuerza del fuego, encontrando los lugares idóneos para provocar el máximo daño posible. Así la fuerza del viento multiplica las chispas entre los árboles y arbusto secos, propagándose con rapidez, lejos de las cámaras de vigilancia y sin ser vistos, expanden el fuego hacia los terrenos adyacentes. Esta es la nueva forma de terrorismo doméstico o terrorismo individual donde las víctimas no son las personas, sino los bosques y los parques naturales, en que miles de hectáreas son destruidas en un instante, llevan varios días apagar los focos y se necesitan varias décadas para recuperar las especies perdidas.

En Israel, más de 80.000 personas fueron evacuadas tan sólo en Haifa y de acuerdo a los servicios secretos que investigan las olas de ataques se estiman que provienen de los palestinos que utilizan a los niños para propagar el fuego y avivar nuevos focos. “Estamos ante una ola de terrorismo incendiario. Todo incendio provocado es una forma de terrorismo” afirmó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Mishary Rashid Alafasy, un imán kuwaití, escribió en su cuenta de Twitter: “Deseo la mejor de las suertes a los incendios”). Más tarde añadió: “Israel está ardiendo y perdiendo el control y está pidiendo ayuda a sus aliados después de prohibir la oración y de robar los sitios sagrados (que el corazón de los fieles sea purificado)”.

Lo mismo está ocurriendo en Chile cuyo gobierno pidió apoyo aéreo a Canadá, México, Estados Unidos, Perú y Brasil, por el voraz incendio -el mayor de la década-, que arrasa más de 67 mil hectáreas cerca de Santiago y en todo el territorio del país.

Por su parte en La Pampa, Argentina, hay varios focos de incendios activos y ya se quemaron casi 1.100.000 hectáreas y las perdidas rondan los 1.300 millones de pesos.

Ante esta nueva forma de terrorismo doméstico nos encontramos indefensos, con gobiernos que parecen no encontrar solución ante la creciente amenaza a la que estamos expuestos, mientras se crean enemigos imaginarios y polemizan en un conventillo cotidiano, el mal busca estrategias para seguir atacando ante las debilidades de los gobiernos.

Está claro que hay aquí expuesta una cooperación ideológica con una metodología de ataque eficaz para hacer daño. Una organización diseñada desde la izquierda combinada con el Islam radical, donde la maquinación trasciende las fronteras, pero el modus operandi es el mismo. Llama mucho la atención que ninguna ONG medioambientalista funcional a la izquierda global se haya pronunciado al respecto.

En diciembre pasado, la Izquierda Europea, el Foro de Sao Paulo y los líderes islámicos se reunieron en Berlín y programaron reorganizarse para los próximos desafíos de extender su poder a través de la metástasis de su cáncer, para ello necesitan el caos y los mapuches en Chile y Argentina y los palestinos en Israel son el vehículo idóneo para “encender” el terror.

* Informe especial de María Celsa Rodríguez Mercado para Fundación HACER

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