Por Guillermo Cherashny.-

Hace cerca de un mes, anticipamos que en una reunión de la OEA la canciller Susana Malcorra modificó los primeros lineamientos de la política exterior del presidente, quien al asumir, con el apoyo de todo Cambiemos, el Frente Renovador y progresistas pidió que se aplique la cláusula democrática contra Venezuela en el seno del Mercosur, cuestión que fue rechazada de inmediato por Dilma, la entonces presidenta de Brasil. Pero de a poco, Malcorra manifestó su intención de pelear la nominación para la Secretaría General de las Naciones Unidas, que se elige entre agosto y octubre de este año.

Cuando visitaron el país el premier italiano, el presidente Hollande y esencialmente cuando Obama también llegó al país, todas las delegaciones extranjeras destacaron la presencia de la canciller, a quien conocían como jefe de gabinete de Ban Ke Moon, y al poco tiempo Malcorra empezó a instalar su candidatura y realizó una gira por el mundo para conseguir apoyos. Y de repente el presidente Macri se vio en la obligación de hacer público su apoyo, que la opinión pública no tomó muy en serio pero, con el tiempo, la canciller empezó a tener consenso y en la encuestas está valorada como la mejor de los ministros.

El martes pasado, Sergio Massa apoyó su candidatura en París, donde está de visita como una política de estado.

Ayer Carrió, como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, la apoyó mucho en la Cámara de Diputados y hasta el cristinismo no vio con malos ojos que Malcorra se desmarque de la oposición venezolana y su tibio apoyo al gobierno de Temer, que recién asumió en Brasil.

El problema es que Cambiemos, el Frente Renovador y Margarita Stolbizer apoyaron fuertemente las marchas de la oposición venezolana y también en las últimas elecciones pero al poco tiempo Maduro, desconociendo la propia constitución bolivariana, le niega las elecciones para revocar su mandato negando las firmas aportadas y soprendentemente Malcorra lideró una propuesta finalmente aprobada por la Oea que llama al diálogo entre Maduro y la oposición.

Si esta propuesta fuera liderada por otro país y Argentina se sumara, sería una cosa pero otra muy grave para nuestro país es liderar ese diálogo de sordos que motivó las críticas de María Corina Machado y Henry Ramos, presidente de la Asamblea, criticando al presidente Macri y en su nombre a todo el país con el mote de traidores.

Malcorra necesita el voto de Venezuela, que actualmente está en el Consejo de Seguridad y también los de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, que apoya a Venezuela. La pregunta es si la eventual y poco probable candidatura de Malcorra puede modificar el apoyo argentino a la democracia venezolana y parecería que no se justifica de ninguna forma y Macri, Carrió, Massa y Stolbizer deben volver a las fuentes y apoyar a la oposición venezolana.

Share