Por Carlos Tórtora.-

Un asesor de Alberto Fernández puso en evidencia, en un reportaje en Canal 26, la gravedad de la tensión existente en el kirchnerismo en torno a la política exterior regional. Christian Asinelli aseguró en una entrevista en Canal 26 que Alberto piensa que en Venezuela hay «una dictadura» pero no lo puede decir públicamente por una cuestión de diplomacia. En realidad, se sabe que el tema venezolano le genera a Fernández un fuerte conflicto interno con el ultrakirchnerismo.

Afirmó también Asinelli que Alberto Fernández acepta las conclusiones del informe de Michelle Bachelet sobre violaciones de los derechos humanos en Venezuela.

Días atrás, Miguel Ángel Pichetto denunció que «Alberto no puede hablar de Venezuela, porque Cristina mantiene negociaciones con Maduro y Raúl Castro». Los frecuentes viajes de ella para visitar a su hija Florencia en La Habana no sólo se dedican a cuestiones familiares y habría tiempo para largas reuniones con altos niveles de la dictadura cubana. En uno de estos viajes, la llegada de Cristina a Cuba coincidió con una visita oficial de Nicolás Maduro.

Es verosímil que cubanos y venezolanos estén ahora intentando redireccionar rápidamente las relaciones bilaterales con Buenos Aires ni bien Alberto F asuma la presidencia, ya que se descuenta su triunfo el 27-O. Para ellos, un vuelco pro bolivariano de Argentina puede complicarle seriamente la política regional a Donald Trump. Pero la realidad indica que Alberto F necesita de toda la buena voluntad de este último para la compleja negociación que se abre con el FMI. Volver a los tiempos del gobierno de CFK -o sea a la relación especial con Caracas- distanciaría diariamente a la Argentina del Departamento de Estado. Prudentemente, Alberto tomó distancia del Grupo de Lima, que hoy integra Argentina, pero se quedó en el bloque que forman México y Uruguay.

La nueva crisis para enero

En enero próximo se espera el comienzo de una nueva etapa de la crisis venezolana. Para entonces vencerá el mandato de Juan Guaidó como presidente encargado y se cree que el gobierno de Nicolás Maduro forzará una convocatoria para renovar la Asamblea Nacional y así poder controlarla. Esto tensionaría al máximo las relaciones con la oposición y volvería a poner en carpeta la opción militar. Una de las hipótesis que más se barajan es una acción militar colombiana -con respaldo del Pentágono- contra los campamentos de las FARC y el ELN en territorio venezolano.

La Argentina podría verse entonces envuelta en una conflagración difícil de evaluar si los compromisos de CFK con Maduro y los cubanos se mantienen.

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