Por Germán Gorraiz López.-

El actual sistema dominante o establishment de la sociedad francesa utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas. Así, el sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, en su libro “El hombre Unidimensional (1.964), explica que “la función básica de los medios es desarrollar seudo-necesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones gigantes, atando a los individuos al carro del consumo y la pasividad política”, sistemas políticos que serán caldo de cultivo del virus patógeno conocido como “autos-kratos” o autocracia. De ello sería paradigma la cruzada de Macron para implementar en Francia el pasaporte COVID que permite al individuo vacunado disponer de un código QR que le facilitará el acceso a la vida laboral, cultural y social pero que llevaría implícito la obligación de vacunarse y violaría la sacrosanta libertad individual reconocida por la Constitución.

Edward L. Bernays, sobrino de Sigmund Freud y uno de los pioneros en el estudio de la psicología de masas, en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así, según sus palabras, “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir, su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía. Este es uno de los principios más firmemente establecidos por la psicología de masas”, por lo que la propaganda del establishment será dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta (la vacuna es la salvación frente a la pandemia).

Sin embargo, la irrupción de las pandemia sanitaria ha implementado el estigma de la incertidumbre y la incredulidad en una sociedad francesa inmersa en la cultura del Estado de Bienestar del mundo occidental, derivando posteriormente en un shock traumático al constatarse el intento de Macron de instaurar un orden orwelliano en el que todos los ciudadanos estarán controlados por el pasaporte COVID para lograr una sociedad plegada a los dictados de los monopolios farmacéuticos de Pfizer y Moderna, quedando los elementos díscolos a los dictados macronianos marginados de los circuitos habituales del trabajo, la cultura y el ocio.

Gracias a la interactividad que proporcionan las redes sociales de Internet (el llamado Sexto Poder que enlaza y ayuda a la formación de las identidades modernas), se estaría rompiendo el endémico aislamiento y pasividad del individuo sumiso y acrítico de la sociedad francesa (Hombre unidimensional) y estaría ya surgiendo un nuevo individuo. El nuevo Individuo Multidimensional está reafirmado en una sólida conciencia crítica, sustentado en valores caídos en desuso pero presentes en nuestro código atávico como la defensa de la sacrosanta libertad individual, la solidaridad y la indignación colectiva ante la dictadura de las multinacionales farmacéuticas y estará dispuesto a quebrantar las normas y las leyes impuestas por el sistema dominante (Dictadura sanitaria). Asimismo, dicho Individuo estaría provocando un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores y bajo el lema “prohibido uniformar” intentará instaurar un caos constructivo que termine por diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica generando un nuevo Mayo del 68 que podría terminar con la defenestración política de Macron y su condena al ostracismo tras las Presidenciales de la primavera del 2022.

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