Por Jorge Azar Gómez.-

MADURO IMPUSO EL “TRABAJO FORZOSO” EN VENEZUELA

Después de robar, de matar, de hambrear al pueblo, de perseguir a la oposición y seguramente en los próximos días disolverá el Parlamento, Maduro obliga a las empresas a poner a disposición a sus trabajadores durante 60 días para producir alimentos.

El presidente de facto “pro tempore” del Mercosur, patrocinado por el gobierno de Uruguay, ordenó, por la resolución 9855, a todas las empresas, tanto públicas como privadas, que pongan a disposición del Estado a sus empleados para trabajar en el desarrollo agroalimentario del país durante 60 días, un plazo que se puede prorrogar por otros 60 más, según un decreto publicado esta semana. La única condición es que los empleados reasignados tengan las “condiciones físicas y técnicas” para ejercer las funciones requeridas.

¿AHORA NO PUEDEN APLICAR LA CLÁUSULA DEMOCRÁTICA EN OEA Y EN EL MERCOSUR?

Maduro, dispuesto a todo: manda a trabajar al campo a empleados públicos y privados.

El gobierno asumirá el pago del salario base y la “inamovilidad” del trabajador que sea escogido para “prestar” sus servicios, en función de “fortalecer la producción” en los campos. Las empresas seguirán satisfaciendo las cotizaciones sociales de los trabajadores cedidos.

El cimiento de este nuevo régimen laboral está en el decreto de estado de excepción y de emergencia económica impulsado este año por el gobierno de Nicolás Maduro para atender la carestía en Venezuela, y que permite tomar medidas extraordinarias.

La polémica medida provocó un inmediato pronunciamiento de Amnistía Internacional, que, en un comunicado, califica de trabajo forzado dicha resolución: “La organización Amnistía Internacional aseveró este jueves que la resolución 9855, que ordena a las empresas facilitar empleados que se requieran para trabajar en el sector agroalimentario y considera que cualquier empleado puede ser obligado a trabajar en tareas de agricultura, “equivale a trabajo forzado”.

Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional aseveró “Intentar abordar la severa falta de alimentos en Venezuela forzando a la gente a trabajar en el campo es como intentar curar una pierna quebrada con una curita”.

Agregó “El Nuevo decreto es completamente inútil en cuanto a encontrar formas para que Venezuela pueda salir de la crisis en la que ha estado sumergida por años”, cree que el gobierno debe enfocarse en soluciones para enfrentar la “crisis humanitaria”.

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