En EEUU, grupos milicianos se preparan para un conflicto armado ante la posibilidad de una elecciones robadas, con la victoria de Hillary Clinton en los comicios.

La agencia de noticias británica Reuters, en su edición de este miércoles, informa de la movilización de miembros de la milicia armada III% Security Force para practicar tiro con rifle en una carretera de Georgia (sureste) y organizar un mitin improvisado a favor del candidato republicano, Donald Trump.

Los milicianos analizan planes para posibles enfrentamientos en Washington si gana la demócrata Clinton. Aseguran que no serán los primeros en abrir fuego, pero tampoco dejarán sus armas en casa.

Admiran las promesas del magnate de deportar a los inmigrantes sin documentos, impedir la entrada de musulmanes al país y construir un muro a lo largo de la frontera con México.

Para los miembros de III% Security Force, la hipotética llegada al poder de Trump sería la última oportunidad para salvar a EEUU de la ruina.

“Estoy sorprendido de haber sobrevivido o sufrido ocho años de Presidencia de Obama sin volverme loco de verdad, y Hillary será aun más de lo mismo”, dice Chris Hill, líder de la División de Georgia de la milicia.

Trump ha advertido en reiteradas ocasiones de posibles manipulaciones en las elecciones presidenciales, y sostiene que no respetará los resultados si no gana. Ante esta situación, al menos un grupo paramilitar, llamado Oath Keepers, ha pedido a sus miembros que supervisen los sitios de votación para evitar casos de fraude.

En los últimos años ha aumentado el número de paramilitares, luego de que el presidente Barack Obama intentara restringir el uso de armas de fuego. El Southern Poverty Law Center, que estudia a grupos extremistas, calcula que el año pasado hubo 276 milicias activas, frente a 42 en 2008.

La última encuesta electoral, llevada a cabo entre el 27 y el 30 de octubre por ABC News y The Washington Post, indica que el magnate acumula una intención de voto del 46%, frente al 45% de su adversaria.

El sondeo también pone de manifiesto que el entusiasmo por la ex secretaria de Estado (2009-2013) cayó siete puntos como consecuencia del escándalo desencadenado por la reapertura de la investigación sobre sus correos electrónicos, según el investigador Gary Langer. (Reuters)

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