El domingo pasado sufrimos el primer hackeo por parte del grupo que se autodesigna como Grupo de Seguridad Iraní (HACKED BY IRAN SECURITY TEAM – irsecteam.org – patch – Hey admin Patch Your Bug – Contact me unique_saboteur@irsecteam.org) una fuerza de tareas que opera en la actual ciberguerra mundial. No sin esfuerzo pudimos superar el ataque. Pero anteayer lunes a las 5 de la mañana (hora local) un nuevo hackeo nos bloqueó hasta hoy, pese a todos los trabajos técnicos realizados, impidiéndonos restablecer el normal funcionamiento de nuestro portal. Investigamos en la web al grupo iraní en cuestión y nos sorprendió verificar que realiza la difusión de su actividad delictiva a través de Internet, al parecer sin que exista ninguna medida legal en su contra. Es más, bajo consignas como “Ningún ataque contra Irán quedará sin respuesta” y otras de similar tenor, el grupo hasta brinda información detallada de los sitios -muchos de ellos de periodismo político- que asegura haber hackeado en todo el mundo. Una especie de apología del delito abierta y que además incluye una escuela de hackeo en la que se dan precisas indicaciones para los que se inician en el arte de la ciberguerra, verdaderos combatientes contra la libertad de prensa.

La magnitud de este ataque y su sofisticación, del que fue víctima informadorpublico.com, es una señal de cómo la ciberguerra se está instalando en nuestro mercado informático. Y esto nos lleva a pensar en las proyecciones futuras de este conflicto sobre el periodismo digital argentino. No nos queda duda de que este ataque a la libertad de prensa, el mayor que hemos sufrido en nuestros seis años de existencia, se vincula directamente, por un lado, con nuestras investigaciones periodísticas sobre la muerte del Fiscal Federal Alberto Nisman y por otro, con los numerosos artículos publicados sobre las conexiones del terrorismo islámico en América Latina y en especial el Cono Sur. El hecho de que un sitio que se proclama defensor del régimen teocrático de Teherán empiece a atacar a medios periodísticos independientes de nuestro país es también un claro indicio de adónde nos está conduciendo el realineamiento de la política exterior argentina detrás del eje China-Rusia, que funciona como escudo protector de Irán.

No queda entonces más que prepararse para trabajar en el contexto de las nuevas reglas de juego que plantea la globalización de la ciberguerra. En este sentido, en los próximos días presentaremos ante la justicia federal una denuncia para que se investigue la probable conexión entre el sitio que hackeó informadorpublico.com y el gobierno de la República Islámica de Islam que, como ya es sabido, cuenta en nuestro país con una red de colaboradores cuyas cabezas visibles son el piquetero-empresario Luis D’Elía y el jefe del grupo de choque paraestatal Quebracho, Fernando Esteche. Por último, también acudiremos ante los organismo nacionales y regionales que se ocupan de la defensa de la libertad de prensa, para ponerlos en conocimiento de la persecución sufrida. Mientras tanto, volvemos a normalizar nuestra actividad periodística, que continuaremos pese al evidente aumento de las agresiones y de la creciente sofisticación técnica de las mismas. Esta vez no pudieron callarnos. Sí, en cambio, nos dieron nuevas razones para seguir adelante.

El director

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