Xavier Albó, sacerdote jesuita y dueño del crucifijo «comunista» que Morales regaló a Francisco, opinó que “debió preparárselo mejor al Papa” y responsabilizó en parte a la oposición por la polémica que se generó.

Xavier Albó, sacerdote jesuita, investigador social boliviano y dueño del crucifijo original, cuya réplica Evo Morales regaló al Papa Francisco, conversó con MDZ Radio y consideró que «la oposición desvió el gesto».

En comunicación con Tormenta de Ideas, que se transmite cada sábado por la FM 105.5, Albó evaluó que el obsequio de Morales al sumo pontífice buscó un «efecto simbólico» pero que, de haberse explicado mejor el sentido, no habría despertado tanta polémica.

«Más que una indiscreción, tuvo un efecto simbólico pero el problema estuvo en que no se le dio las explicaciones suficientes al Papa, por lo que terminó despertando la polémica», explicó Albó.

Recuperó, así, el sentido del crucifijo creado por Luis Espinal Camps en la década del ’70 para expresar la unión del mundo cristiano con las ideas marxistas.

«Lo que expresa esta obra es la necesidad de dialogar con todos. Esa es la interpretación que hay que hacer. Dialogar con todos, incluso con los marxistas y cristianos», señaló el sacerdote jesuita.

Descartó cualquier tipo de distanciamiento entre Morales y Francisco por este hecho y recargó contra la oposición al Gobierno boliviano por promover «un desvío lamentable e innecesario». (MDZ)

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