Por Germán Gorraiz López.-

Wright Millsen su libro “The Power Elite” (1956), indica que la clave para entender la inquietud norteamericana se encontraría en la sobre-organización de su sociedad. Así, establishment sería “el grupo élite formado por la unión de las sub-élites política, militar, económica, universitaria y mass media de EEUU”, lobbys de presión que estarían interconectadas mediante “una alianza inquieta basada en su comunidad de intereses y dirigidas por la metafísica militar”.

Asimismo, el actual sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas, teniendo como pilar de su sistema político la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano y como objetivo confeso mantener la supremacía blanca.

¿Peligra la supremacía blanca?

Según el Pew Research Center, la clase media (con unos ingresos anuales de 73.400 $) ya no sería el segmento poblacional dominante en la sociedad estadounidense actual al sufrir una lenta pero progresiva caída en las últimas 4 décadas. Así, según el Pew, en 1971, la clase media representaba el 61% de la población (unos 80 millones de habitantes) mientras que en la actualidad no alcanzaría el listón del 50% (49,9%) debido a la crisis de las subprime, estallido de la burbuja inmobiliaria y posterior crash bursátil del 2008.

Conviene resaltar que entre los «perdedores de la crisis» además de afroamericanos y latinos aparecen por primera vez jóvenes universitarios endeudados y adultos blancos de más de 45 años sin estudios universitarios y con empleos de bajo valor añadido.

Dicho segmento de población, tras quedar enrolado en las filas del paro, habría terminado sumido en un círculo explosivo de depresión, alcoholismo, drogadicción y suicidio tras ver esfumarse el mirlo del «sueño americano», lo que habría tenido como efecto colateral la desafección de dicho segmento de población blanca respecto del establishment tradicional demócrata y republicano.

Así, según una encuesta de la NBC, el 54% de la población blanca estaría «enfadada con el sistema», frente al 43% de los latinos y el 33% de los afroamericanos que siguen confiando en el sueño americano, lo que habría llevado a los votantes blancos a apoyar las posiciones políticamente incorrectas y refractarias a los dictados del establishment tradicional republicano. Ello quedó simbolizado en el apoyo de los indignados blancos mayores de 45 años a Trump y de los partidos neonazis y supremacistas blancos que siguen controlado los ámbitos de poder de la «América profunda», simbolizado en el firme apoyo a su candidatura de David Duke, ex-líder del KKK.

Tras el triunfo de Trump, los nombramientos de Sebastian Gorka,( miembro de la organización de extrema derecha húngara Vitézi Rand) como asesor de contraterrorismo y de Stephen Bannon, (director de la página web Breitbart News, de ideología populista y ultraderechista) como Jefe de Estrategia simbolizaron la llegada de los supremacistas blancos a la Casa Blanca con el objetivo inequívoco de instaurar el «White Power» en una sociedad en la que la evolución demográfica provocará que la población blanca será minoritaria en el escenario del 2043.

¿Retorno del White Power?

Tras ser defenestrado Trump de las principales redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram y Youtube, acaba de anunciar el lanzamiento de «Truth Social», nueva red social nacida «para combatir a las grandes tecnológicas», llamado a ser el altavoz mediático del ideario trumpista con vistas a las Elecciones Presidenciales del 2024 y que sería el primer producto de su empresa Trump Media Technology Group (TMTG).

A pesar de los mediocres resultados obtenidos por los republicanos en las elecciones de medio término y la previsible irrupción de Ron Desantis cómo rival de Trump cara a las nominaciones republicanas para el 2024, Donald Trump, utilizará las tácticas aprendidas de su libro de cabecera, el «Arte de la Guerra» de Sun Tzu y se enfrentará a un senil Biden con la esperanza de obtener un segundo mandato presidencial.

Caso de producirse la victoria de Trump en el 2024, ello marcará un hito histórico pues representará el comienzo de una forma de Gobierno orwelliano que beberá de las fuentes del paternalismo de las dictaduras blandas y se caracterizará por el culto al líder, la utilización de la desinformación y la vigilancia orwelliana de la población no blanca y de la disidencia política, lo que de facto sería una dictadura invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder) y el retorno del White Power.

Así, según la Oficina del Censo de EEUU, hacia el 2043 los blancos dejarán de ser la mayoría de la población estadounidense y serán desplazados por la suma de la población hispana que aumentaría de 53,3 millones en la actualidad a 128,8 millones en 2060 y la afroamericana, que pasaría los 41,2 millones actuales a los 61,8 millones previstos por las proyecciones.

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