Por Guillermo Cherashny.-

Después de las elecciones constituyentes de Chile, el liberalismo económico, que era mayoría en América Latina, empezó a trastabillar, aunque el comienzo fue el triunfo del Frente de Todos en la Argentina y luego el triunfo de Luis Arce con el MAS en Bolivia y estaba el gran desafío del Perú, donde el maestro Pedro Castillo -claramente ubicado en la izquierda- logró el primer puesto con el 18% contra varios candidatos liberales, que rondaron el 15% cada uno, donde Keiko Fujimori se consagró en el segundo puesto para disputar una segunda vuelta que se realizó anteayer y donde parecería que Pedro Castillo se impuso por el 0,5%, clausurando 30 años de liberalismo económico que fundó el presidente Fujimori y que sus sucesores siguieron con un éxito financiero notable, pero con una gran desigualdad social, a lo cual se agregó en los últimos tiempos la caída de cuatro presidentes por episodios de corrupción vinculados a la obra pública, lo cual desprestigió a todas las elites gobernantes y seguramente incidió en la eventual derrota electoral de la coalición liberal que enfrentó al ignoto Pedro Castillo.

También los repetidos conflictos sociales en Colombia, que transitó 50 años de liberalismo económico con un gran éxito de crecimiento del PBI y un extraordinario récord financiero, sufre hace un mes repetidos conflictos sociales y finalmente México, donde su presidente AMLO esperaba mantener su mayoría legislativa en las elección de medio término, si bien la perdió gracias a sus aliados progresistas, puede llegar a acuerdos sin pactar con los partidos históricos de ese país, como son el PRI y el PAN, que intentaron vencerlo pero no pudieron.

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