Por Guillermo Cherashny.-

Está claro que Susana Malcorra, la canciller part time que para toda la gente que sabe de política exterior, viene de fracaso en fracaso. Sigue contando con el apoyo irrestricto del presidente Macri, que no es un especialista pero está cautivado porque cree que la campaña fallida de Malcorra para la secretaría general de las Naciones Unidas hizo conocer positivamente al gobierno después de la pesadilla de CFK y su aislamiento del mundo occidental y su acercamiento a Venezuela e Irán. De ahí que después del papelón de apoyar a Hillary aun después de la derrota, ahora la canciller piensa meter mano en la interna del palacio San Martín y está por desplazar al vicecanciller, el embajador Carlos Foradori, hombre muy cercano a Ernesto Sanz, para reemplazarlo por el embajador Villagra, otro radical, y mover a varios embajadores de sus destinos, por lo cual se siente muy respaldada por el presidente.

Párrafo aparte, Martín Lousteau, el embajador en los Estados Unidos, seguirá en su cargo si así lo desea, porque el gobierno no quiere que compitan contra Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno de CABA, y esa situación desembocaría en la candidatura de Elisa Carrió encabezando la lista de diputados nacionales de cambiemos.

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