Por Carlos Tórtora.-

El virtual estado de guerra entre los EEUU e Irán habría llegado para quedarse, aun cuando es difícil prever si habrá una verdadera escalada militar. Para empezar, Donald Trump respondió con prudencia al ataque misilístico iraní contra bases de ese país en la zona verde de Bagdad aplicando nuevas sanciones económicas. Lo que sí parece obvio es que el conflicto entró en una fase más intensa y que su repercusión en Latinoamérica tiene un eje: Venezuela. En la medida que el Departamento de Estado aumenta su control sobre el despliegue internacional iraní, la presión regional apuntaría sobre los vínculos establecidos por Hezbollah. Una de las principales fuentes de dinero para Hezbollah son los grupos armados que operan en la región: los terroristas de FARC y los miembros de los cárteles Los Zetas y Sinaloa, el primero, colombiano, y los dos últimos, de México.

Hezbollah les puede dar asesoramiento estratégico y armas (a estos grupos). A cambio, (los latinoamericanos) proveen servicios criminales, incluyendo tráfico de drogas y armas, formando una hermandad de delincuencia y subversión.

Uno de esos referentes es Jamal Yousef. Sentenciado a 12 años de prisión por un tribunal de Nueva York, Yousef -de origen libanés- fue hallado culpable de «proveer un arsenal de armas y explosivos a individuos que eran parte de una organización terrorista (en este caso, las FARC)», señaló luego del juicio el fiscal Preet Bharara.

Uno de los hombres sirio-libaneses que también son sospechados de guardar conexiones con Hezbollah y el régimen iraní es el venezolano Tarek El-Aissami, actual gobernador chavista del estado de Aragua.

En 2003, El-Aissami fue encargado de la Dirección de la Onidex (Oficina Nacional de Identificación y Extranjería de Venezuela). En su momento, sorprendió esta designación. Es que El-Aissami estuvo sospechado de mantener estrechas relaciones con grupos extremistas y guerrilleros de la Universidad de Los Andes (ULA). Durante ese tiempo, aparecieron pruebas de que tanto el actual gobernador de Aragua como Hugo Cabezas -también de la Onidex en ese entonces y luego gobernador del estado de Trujillo-, proveía al Hezbollah de pasaportes venezolanos y documentos nacionales para transitar por su ciudad.

Durante sus años en la ULA, El-Aissami fue acusado de esconder vehículos robados y de tráfico de drogas en las habitaciones del campus universitario. También habría refugiado en esas instalaciones a miembros de la banda terrorista.

Según una investigación realizada por la periodista venezolana Patricia Poleo, El-Aissami y otros presuntos miembros de Hezbollah en Venezuela son los encargados de reclutar jóvenes en su país para que mantengan un fuerte entrenamiento en el sur del Líbano. Junto al gobernador de Aragua, formarían parte de este entramado el encargado de Negocios venezolano en Damasco, Gahzi Nasserddine, y su hermano Ghasan.

Argentina atrapada

La importancia de la AMIA y Nisman

Que la presión del norte sobre la cancillería argentina ya está en aumento lo demuestra la condena oficial a la irregular destitución de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional y la designación de Luis Parra como reemplazante. El disgusto venezolano por esta falta de solidaridad se expresó a través de Diosdado Cabello pero fue suficiente para sensibilizar al régimen de Caracas. Estando Cristina Kirchner en Cuba hasta el 12 de este mes, es probable que allí reciba las inquietudes de sus amigos de Caracas. Claro está que el fiel de la futura relación con Washington no pasara solo por este tema. El anticipo por la ministra de Seguridad Sabina Frederic de que habría una revisión técnica de la pericia de Gendarmería Nacional que se inclinó por la hipótesis del homicidio de Alberto Nisman, puso sobre alerta a la embajada de los EEUU. Aun cuando no tenga valor judicial, una nueva pericia sosteniendo que la hipótesis más probable es el suicidio aliviaría al gobierno de CFK de sus eventuales responsabilidades en el hecho pero generaría un foco de conflicto con los EEUU, al quedar menoscabada la existencia de una conspiración contra el fiscal de la AMIA. El caso AMIA es un eje político judicial de gran valor para los EEUU porque involucra directamente en el atentado a altos funcionarios iraníes.

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