La reforma de las finanzas vaticanas «está casi terminada» y «la nueva maquinaria estará lista muy pronto». Una entrevista difundida por «Il Giornale» y «Religión Digital».

La reforma de las finanzas vaticanas «está casi terminada» y «la nueva maquinaria estará lista muy pronto». La que hace balance del proceso de reforma querido por el Papa Bergoglio es Francesca Immacolata Chaouqui, de 33 años y la única mujer nombrada por el Pontífice para la Comisión referente de estudio sobre los entes económicos y administrativos de la Santa Sede, que habló con la periodista Serena Sartini, para Il Giornale, y fue difundida en español por el portal Religión Digital, que dirige José Manuel Vidal

Así se presenta Francesca Immacolata Chaouqui: «Tengo 33 años, estoy casada y he sido la única mujer de la comisión referente y, por lo tanto, la única laica mujer que desempeñó un rol de este tipo en la historia reciente de la Iglesia. Me dedico a procesos de comunicación económica y financiera para empresas y organizaciones. Estoy a punto de publicar un libro, en el que cuento el proceso por el cual un chico calabrés, mi tierra nativa, reniega de la Ndrangheta. Estoy trabajando con Paolo Sorrentino, premio Oscar, como asesora de su nueva película. También trabajo de voluntaria con médicos en el ámbito sanitario y en el de la acogida y asistencia a inmigrantes de zonas de guerra con Mensajeros de la Paz, una organización internacional presente en 47 países».

¿En qué punto se encuentra la reforma de los entes económicos y financieros de la Santa Sede?

– Tras casi dos años de trabajo, la reforma de los entes económicos, financieros y administrativos de la Santa Sede está llegando a su fin. Con el cierre de las dos comisiones referentes (IOR y COSEA), la creación de la Secretaría para la Economía con sus estatutos y la creación de la oficina de los revisores, que sustituirá a la prefectura de asuntos económicos y que debería oficializarse en breve, estará pronta la nueva maquinaria que gestionará los ámbitos económicos y administrativos de la Santa Sede.

¿Cómo valora el trabajo que se realizó?

– Han sido meses de trabajo muy intenso. La Santa Sede es un Estado heterogéneo, además de pequeño. La geometría de las leyes y de las relaciones entre los diversos entes es compleja, pero, al final, todo fue mucho más sencillo de lo que pudiese parecer. La exigencia de agilizar algunos procedimientos y hacer más flexibles algunos procesos estaba bastante clara y, sobre todo, se había puesto en marcha ya antes de que dimitiese el papa Benedicto. En conjunto, estoy satisfecha tanto del resultado final como del rol y de la importancia que se concedió a los técnicos laicos en la gobernanza de la Iglesia. También estoy contenta de que el Papa Francisco haya querido mantener entes como el IOR y el APSA bajo el control directo de sus cardenales de máxima confianza. Creo que nadie mejor que ellos para valorar las mejores decisiones que haya que tomar.

Se ha hablado de dinero negro, de un IOR opaco con miles de cuentas protegidas y otras fuera de control, ¿realmente era tan catastrófica la situación?

– ¿Quiere que le diga la verdad? Cuando fui nombrada para formar parte de la COSEA, esperaba realmente tener que hacer un viaje a una gestión catastrófica, protegida por una coraza, contra monseñores enrocados y decididos a defender sus posiciones. Pasado el primer mes, cambié totalmente de opinión. Mi comisión efectuó un análisis en profundidad de los aspectos organizativos y de los datos económicos de todos los entes de la Santa Sede, con la colaboración de todos los presidentes de los dicasterios afectados, sin excluir a ninguno. Puedo asegurarle que, a pesar del margen de mejora evidente, no había ente alguno al borde de la quiebra o de la malversación. De ahí que no haya sido justo, como hicieron algunos, hablar de fondos de dinero negro descubiertos por la COSEA o por la Secretaría para la Economía. A mi juicio, sería mucho más oportuno quizás hablar de fondos fuera de los balances (por lo demás, bien conocidos por la Secretaría de Estado y por los demás entes competentes), que se introdujeron en el proceso contable. Tampoco creo que sea adecuado hablar de un IOR limpio sólo en estos últimos meses. El trabajo de reorganización y el proceso de transparencia de la gestión ya había comenzado con Ettore Gotti Tedeschi y por voluntad del Papa Benedicto mucho antes de que comenzasen a trabajar las comisiones.

¿Y las resistencias de las que se habla? ¿Qué hay de los denominados enemigos de Francisco?

– Quizás sea excesivo hablar de resistencias al proceso de reforma. Evidentemente hubo momentos más tensos que otros, pero, al final, se consiguieron los objetivos del Papa en plazos relativamente cortos, si se tiene en cuenta el enorme alcance de las reformas. ¿Enemigos de Francisco? Yo sólo me topé con dos en la Curia y no sólo entre los que estaban antes, sino también con alguno que se incorporó después. Son los que utilizan los personalismos y los chismes como fines en sí mismos.

¿Está contenta de haber podido realizar este proceso de reforma?

– Doy gracias todos los días por haber podido ayudar al Santo Padre. No estoy contenta de todo lo realizado, pero sí de muchas cosas. En realidad, lo que más me sorprende, a veces, es la narración que se hizo de la reforma.

¿Qué quiere decir?

– A veces, tengo la sensación de que algunos medios de comunicación instrumentalizaron las comisiones, la reforma y la voluntad del Papa Francisco, para presentar lo que había antes como opaco, corrupto y errado, mientras lo de ahora es inmaculado, perfecto y funcional. No creo en estas explicaciones de buenos y malos. He conocido a obispos y monseñores que trabajan en la Curia desde hace muchísimos años y que son incapaces de ocultar un sólo céntimo. Además, creo que la Santa Sede no es ni será nunca ni debe ser una empresa con el único objetivo de mantener equilibrados los balances y de disponer de una montaña de dinero bien gestionado. La gestión económica de la Santa Sede debe estar al servicio de las obras del Pontífice en su misión de Cristo en la tierra, de una forma honesta y transparente. Pero no debe perseguir solo la lógica de la inversión más rentable.

Hablando en general del pontificado de Bergoglio, ¿hacia dónde se dirige, a su juicio?

– Creo que el pontificado de Bergoglio se está caracterizando no tanto por la reforma de la Curia y de los entes económicos (cuestiones muy específicas que, en el ámbito mundial, no suscitan la atención que provocan en Italia y en algún otro país limítrofe), sino más bien por la atención a los pobres y a los últimos, por la tolerancia cero en la lucha contra la pederastia y por haber colocado el foco en la fragilidad de la familia de cara al Sínodo. Desde una perspectiva netamente política, está optando de una forma clara por incidir profundamente en el ámbito diplomático a través de la Secretaría de Estado, que está desarrollando una exquisita labor de diálogo para la búsqueda de la paz, de la tolerancia y de la apertura, como nunca antes se había hecho. El más estrecho colaborador del Papa Francisco, el cardenal Parolin, está pilotando, a mi juicio de una forma increíble, una operación diplomática de acercamiento a las fronteras. El deshielo entre Cuba y Estados Unidos y el reconocimiento del Estado palestino son sólo dos ejemplos. No me sorprendería (más aún, lo deseo) que se consiga que el Papa pueda ir pronto a China. (MDZ)

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