Por Guillermo Cherashny.-

Desde la denuncia del asesinado fiscal Nisman, donde involucraba a la ex presidente su canciller y a Luis D’Elía y Fernando Esteche como contactos con Moshen Rabbani, el clérigo imputado por la bomba en la embajada de Israel y la AMIA, existe la sospecha de que Quebracho -la organización de Esteche- recibiría financiamiento de la embajada de Irán y Buenos Aires y lo mismo el partido Miles, que integran D’Elía, Mariotto y Boudou.

Ya en las grabaciones de la SIDE que pidió Nisman se detectaron viejas conversaciones que iban más allá de una alianza para descubrir a los autores de los atentados sino más bien de un complicidad para encubrirlos.

La República Islámica de Irán, desde que firmó el acuerdo nuclear con las cinco potencias, no ha dejado de ningún modo de intensificar las relaciones con países de América Latina, especialmente Venezuela, donde tiene un gobernador de religión chiíta.

Hoy en día muchos analistas se preguntan de dónde saca fondos el cristinismo para solventar marchas y actos públicos con tanta continuidad diaria o semanal y de ahí que las sospechas se dirijan a la República Islámica de Irán, pues se liberaron 200.000 mil millones de dólares después de la firma del acuerdo y, además, su capital Teherán es hoy uno de los pocos paraísos fiscales que quedan en el mundo y donde podrían estar las cuentas en el exterior del kirchner-cristinismo que con tanto ahínco se buscan en Europa, Estados Unidos y el Caribe, y que se habrían transferido desde las islas Seychelles hacia Teherán y desde allí llegaron como financiamiento del cristinismo en sus múltiples actividades con miras a las elecciones del 2017.

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