Por Guillermo Cherashny.-

Sorprendió ayer a la madrugada la información sobre la investigación de los sobornos en la FIFA por parte de la justicia de los Estados Unidos, interviniendo directamente la flamante Procuradora General de ese país, Loretta Lynch, quien asumió hace un mes ese cargo y que antes fue cuestionada por la bancada republicana en el Senado, que finalmente dio su conformidad. Del llamado Attorney General dependen los fiscales que cuentan con un tipo legal altamente eficaz, que es el arrepentido o colaborador eficaz que confesando obtiene ventajas, puede obtener la disminución de su pena y hasta beneficiarse con la inmunidad. En nuestro país, cuando se está discutiendo la implementación de la reforma procesal penal, nos encontramos con que no está contemplada en la misma la figura legal del arrepentido, lo que favorece la impunidad de los funcionarios políticos y privados corruptos.

La procuradora general estadounidense alegó que los depósitos en bancos norteamericanos provenientes de coimas de países que serían próximas sedes de mundiales de fútbol, permitían esa investigación. Mucho se habló hace más de un año de los sobornos que ofrecía el Sultán de Qatar para que su país fuera sede del Mundial del 2022 y también altos dirigentes del fútbol inglés señalaron que la elección de Rusia como sede en el 2018 sufría la misma corruptela. Estados unidos quería que el Mundial 2018 se jugara en ese país, pero se impusieron Rusia y Qatar mediante sobornos.

Un marco estratégico mundial

No hace falta aclarar mucho sobre este panorama: el gobierno de los EEUU no quería que Rusia fuera sede mundialista porque de este modo se estaría reforzando la agresiva política exterior de Vladimir Putin. Lo de Qatar es todavía más grave, ya que este sultanato apoyó desde un principio al Estado Islámico en sus operaciones en Siria y se cree que aún le da ayuda contra la posición del Reino de Arabia Saudita. Éste mantiene muchas diferencias con el régimen de Qatar, que maneja la cadena de televisión Al Jazeera, de oscilante postura. Así es que el FBI, que depende del Attorney General, empezó la investigación de la mega corrupción en la FIFA, contando con dos arrepentidos, importantes dirigentes de asociaciones de fútbol, que confesaron el pago de coimas por 150 millones de dólares, lo que desató este escándalo internacional. Naturalmente esto salpica la memoria de Julio Grondona y en forma efectiva a Alejandro Burzaco, presidente de Torneos y Competencias, cuyo paquete mayoritario está en manos de fondos de inversión norteamericanos.

Fue Jorge Capitanich, cuando era Jefe de Gabinete, quien acercó a Torneos al Nacional B y así cada vez tuvo más participación en el Fútbol para Todos manejado por el cristinismo. Además, Burzaco, con TyC, tiene la explotación del museo Boca Pasión, concedida por Daniel Angelici. Las derivaciones del escándalo, es obvio, amenazan con salpicar a no pocos sectores políticos de la Argentina, entre ellos el gobierno y el PRO.

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